Tertulias de la abuela: en la cottage
Hoy quiero compartir el té de los martes
con ustedes
y con todo aquello que me une
a la tierra,
a mis raíces.
Yo soy descendiente de inmigrantes
alemanes y franceses,
ellos llegaron del viejo continente
a la Argentina
en tiempos del 1800...
en busca de un destino.
Las compañías inglesas les entregaban
bueyes y manceras
a los inmigrantes
y una pequeña hectárea de campo.
Debían pagar ese territorio
con su trabajo.
Ellos dejaron su vida en pos
del amor y la lucha...
para darle un porvenir a sus hijos.
Desde niña fui al campo.
A pesar de que respeto y valoro
cada paso de mis antecesores,
la campiña y ese halo de soledad
me dan profunda tristeza.
Yo decía desde épocas inmemoriales
que estaba lleno de almas,
aquellas que buscaban su lugar:
bajo la higuera,
entre los jacintos y los cañaverales,
a la sombra del ombú.
Y los campos arados me veían pasar
con los ojos casi cerrados,
porque me dormía,
y una muñeca en los brazos.
Después,
cuando mi padre arreaba las vacas negras
yo me tapaba el rostro
con las manos
porque sabía que se las llevaban...
Había melodía de pájaros
entre los surcos,
carretones de abuelos
y viento filtrándose entre las grietas
cuando el molino murmuraba
como caballero andante.
En esta foto un mate antiguo, la yerbera de mi bisabuela
y la foto de mi padre con sus hermanos.
¡Cuánta soledad!
Hoy esos campos
tienen más alma que nunca
porque mi tía Melanie
dicidió esparcir allí,
en ese lugar amado,
sus cenizas.
Danza el sol
en los reflejos de enero.
El primer milagro
busca los laureles del tiempo
y regresa con los rostros
a dormir
su niñez en las alas
de la tierra infinita.
Luján 2013
Tertulias de la abuela: Pilar
imagen de su perfil
Hoy quiero compartir el té con todos ustedes
y también con Pilar,
dedicárselo a ella.
¿Por qué?
Estoy emocionada porque he recibido
un obsequio
de la Madre Patria,
de tan lejos,
el primero...
Pilar me envió un calendario
precioso, ilustrado con muchas flores
que tanto me gustan...!
También un librito con una reseña de las Fiestas Patronales
de allá con poemas espirituales
muy bonitos...
y muchas imágenes que pertenecen a la Hermandad.
En la página final se encuentra una fotografía de ella
tomando la confirmación en el año 1971.
Gracias Pilar!!!
***
Les dejo su sitio
PALABRAS SUELTAS
La amistad no tiene distancias
y nos acerca porque compartimos
el mismo cielo, los sentimientos,
las vocaciones...
Es emotivo sentir que podemos recorrer caminos,
cruzar océanos,
con voluntad y afecto...
dejando escapar las palabras que son necesarias
para mostrar
el alma, nuestro espejo.
A veces, una sola alcanza...
La vida pasa desplegando
su telón de tiempo,
pero quedan esos lazos grabados por siempre
en el recuerdo.
Somos vuelo y permanencia,
viento y calma,
luminosidad...
Los amigos son hermanos
que toman riesgos,
que están cuando nadie
los llama....
Este poema lo escribí para todos aquellos
que son parte de nosotros
en la quietud y en la pausa,
en el torbellino de la alegría...
Amigo...
enséñame a ser,
comprende lo que intento decir,
sé mi poesía,
mi vértigo,
el bálsamo necesario.
Amigo...
enséñame a dar.
¡No me dejes sola!.
Hazme sonreír.
Luján 2013
Tertulias de la abuela: en el jardín
Puedo imaginar que camino
en un jardín soñado
recogiendo rosas con la levedad
de un pájaro...
pero llego a una parte de mi casa
a buscar la nostalgia en sus pétalos chinos.
Con la taza alemana de la abuela Rosa...
necesito soñar historias como siempre
atrapada entre los cendales de amor,
de amistad,
de los años vividos en este hogar.
Las flores me hablan con susurros de madre buena
y en sus ojos rubios se ve el cariño.
Hay colibríes buscando néctar,
jugando con el agua,
entre las hojas.
En la paz de la siesta se refugia la espera
y hay sosiego entre las voces,
son aquellos que están por llegar...
Me gusta mucho la frescura del verde,
los malvones, los laureles y el jazmín.
Tomar el té y algunos mates con galletitas dulces de chocolate
o con la torta que hacía mi madre
con dos colores y una nube de coco rayado.
Soy nostálgica,
como si me hubiera quedado detenida
en el tiempo,
es mi defecto,
porque valoro cada rincón,
cada suspiro de una casa que late todavía...
De niña,
me levantaba a la 1 de la madrugada
a recoger un banquito de madera
que había olvidado en el jardín.
Me lo llevaba a mi habitación
con todo el amor,
como si ese objeto tuviera vida.
¡Así soy!
Les dejo un poco de verano
para quienes sienten frío.
Recuerden
que las estaciones están en el alma.
Entre alas de gaviotas,
la sombra de una luz
quiebra la agonía del silencio...
Es temprano
para buscar cenizas,
hay lluvia de colores
en el amor
que aparece, inmóvil,
en cada pétalo,
en la piel de los abrazos,
detrás del cielo
donde tu nombre nace...
con la llovizna.
Luján 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)