Café de Hansen, de Luján Fraix
Perder el Alma. Me deben una vida...
Se oían a lo lejos las palomas y las tórtolas.
A Guillermo esos sonidos le traían recuerdos del cementerio donde iba, de niño, a visitar a Salvador. Mía lo llevaba. Le hacían creer que su padre descansaba en aquella tumba marmolada, pero allí no había nadie. Las cenizas de Salvador permanecían en el patio de la iglesia. Él era muy chico para saberlo; le hubiera destrozado el corazón. Prefería creer que su papá se hallaba guardado en un cofre con encajes blancos, bien cuidado, durmiendo para siempre en ese refugio inmaculado. Pero llegó el momento que sintió que allí no había nadie, no porque no estuviera el cuerpo sino porque el silencio, como una palabra, le decía: ve tranquilo, yo estoy bien, vive tu vida y no te preocupes por mí. Y así fue que dejó de ir, aunque le agradaba ver los cientos de gatos que lo perseguían o los ángeles escribiendo sentencias con las alas desplegadas e infinitas. Él les miraba los ojos a aquellas estatuas, pensando que en cualquier momento iban a mover los párpados. Estaba todo tan inhóspito, pero había magia, algo celestial, como si le lloviera paz sobre los hombros.
Y así se fue despidiendo de ese jardín, donde el corazón se abrigaba buscando huecos para llenar, cuando la vida le decía que no se desplomara porque aún los días amanecían…
*
Claude Monet, amor por la naturaleza
Hija única. Libro de Recuerdos
❤❤❤
Surcos
en los senderos, bóveda de estrellas, la gata Lola de mi abuela Juana y el
espejo que me mostraba los años.
‒Niña,
no tienes que tener vergüenza. Eres buena, inteligente, linda… ¡Vamos!
Gracias
madre por enseñarme a ser valiente, por dejarme crecer sola como yo quería, por
darme todo y más para ser feliz. No necesitaba mucho, sólo lápiz y papel.
Siempre valoré los afectos porque eran pocos y había que cuidarlos porque sabía
que alguna vez ya no los iba a tener. Quería guardarlos en un arcón dorado para
después, para que la soledad no me dejara su frío, su madurez de escarcha, pero
no era posible porque el reloj detenido empezó a marchar y ya no quería oírlo.
Me daba miedo.
Me
colocaba el antifaz para no ver la vastedad del territorio porque era
vulnerable. Jugaba y reía para ocultar siempre mis dolores, las carencias, el
temor… que no era tanto pero que parecía irreal a esa edad.
Salía
al mundo a recorrer el paraíso de mi abuelo Eduardo después de acompañarlo
entre las sombras cuando él me venía a visitar.
‒Parece
que hay gatos ‒decía entre risas al escuchar las peleas de las mascotas nocturnas.
Él era un gaucho de las pampas, un caudillo disconforme que arremetía por los
llanos y le hacía frente a las tormentas pero ahora, después de varias décadas,
se había escondido entre los duendes de su casa dulce a meditar...
Los duendes de la casa dulce
💖Gracias Estados Unidos por comprar mi libro en papel. Doble felicidad.
"Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, a partir de las tres empezaré a ser feliz. A medida que se acerque la hora me sentiré más feliz. Y a las cuatro, me agitaré y me inquietaré; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, no sabré nunca a qué hora vestirme el corazón… Los ritos son necesarios”
- Antoine de Saint-Exupéry, El Principito
Tu sillón vacío. La Revolución de Mayo-1810
Tu sillón vacío
"La libertad está en ser audaz" Robert Frost
Felicitas se escapó, como lo hacía desde tiempos pretéritos, por la puerta trasera que daba a un patio con una huerta y un molinillo desvencijado para espantar gorriones.
Veinte pasos más adelante, en la entrada de una plaza, había una iglesia. Un cementerio la rodeaba cercado por una reja; Estaba lleno de sepulturas con sus lápidas a ras del suelo. El templo se había construido en los últimos años del reinado de Carlos X. La luz solar, al penetrar por los vitraux, iluminaba la ringlera de los bancos acoplados a la pared frente al confesionario con la imagen de la Virgen vestida de blanco, cubierta por un velo de tul pálido. Los sillas del coro eran de madera de abeto.
Felicitas entró a la habitación buscando algún sacerdote. Se sintió amnésica y desorientada.
Frida Kahlo... sobrevivir
Septiembre
Los días semejantes. Por los caminos de agua...
29
Jardines eternos
Debía buscar un camión de ruedas grandes y para eso se
acercó a un depósito de alquiler. Ya sabía con quién hablar del tema. El
hombre, aburrido y con un vaso de vino en las manos, le dio su aprobación y en
un rato estaban camino a Panguana en la jungla amazónica.
Otra vez el mismo ambiente, la historia mil veces repetida,
la tumba que lo esperaba. Lo sabía y se entregaba a ese deseo como única
posibilidad.
El agua que empujaba una rama, una piña, arrastrando
restos en estrechos riachuelos que nacían y morían en algún momento igual que
los seres humanos. Rápidamente desaparecían en el tiempo que tardaba una gota
en formarse en la punta de una brizna de hierba y caer al suelo.
Elías Fischer se dirigió otra vez a su antigua cabaña,
la que había destruido en un momento de ira. Lo atravesó el río, el Pachitea.
Se hallaba crecido. Era imponente y se abría paso rugiendo entre el bosque y
estallando contra el lomo de las rocas. Se veían troncos sumergidos después de
alguna tormenta.
−No hay tiempo para detenerse –dijo por lo bajo.
De cara al viento, comenzó a temblar. Evocó su casa
abrigada y una taza de café; escuchó las voces cariñosas de Sophia y de Hanna.
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Aluen. La colonización de la Patagonia argentina. Los indios tehuelches.
Gracias Canadá❤❤❤ (libro impreso)
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ARGENTINA, 1910
SANTA FE DE LA VERA CRUZ
La Candelaria, establecimiento rural de doña Emma: una mujer poderosa y autoritaria. La niña Felicitas, hija menor de la dueña de la estancia, es rebelde y trata de desafiar las leyes éticas y morales de una época donde los prejuicios sociales la obligan a guardar las apariencias. Un amor prohibido y su carácter irrespetuoso terminan por enfermar a su madre que toma una decisión drástica. Una tarde embarcan para Francia llevando como única compañía a Remedios, la criada.
Por aquellos años, las personas adineradas de Argentina solían viajar al hemisferio norte para alejar a sus hijos de supuestos amores inoportunos.
Cuando regresan, después de dos años, están irreconocibles. Cada una oculta secretos inconfesables y la carga de un misterio demoledor que las separa... Serán enemigas de por vida. ¿Y los hijos olvidados?
La pobreza del alma, a veces, no tiene vuelta atrás.
Los temas de esta novela son tratados con filosofía y lirismo: el temor a la muerte, los secretos, el amor, los juicios de la sociedad, la dignidad del hombre, los valores humanos, el poder de la verdad...dejando un mensaje. claro desde la psicología de los personajes.
La casa de Claude Monet
Querida Rosaura. ¿Cuánto dura el amor? La eternidad
Gracias España❤❤❤
Mi pueblo
que al pueblo se entra...
se ve el campanario,
la cruz de la iglesia.
Con sus gualdas espigas,
la madurez de la tarde
susurra en el viento
su lluvia de penas.
Camino al retablo
solfea la luna,
la espera el candor
de la plazoleta.
Más acá de los pinos,
las granjas murmuran...
Más allá en los trigales
se ha quedado dormido
el cansancio.
Un gato y su sombra
le hacen guardia a la noche.
En la plazoleta
quedó la infancia desierta,
un poeta sin coplas,
un sol abrigando la siesta.
Por la calleja gris,
en semillas de hinojos,
galopan campanas
buscando el perdón
en la fe de las almas.
La nodriza esclava. Dinastía Tudor -1510-
El funeral de Enrique VIII se realizó en St George, Windsor y luego fue llevado por grandes hombres, por lo pesado del ataúd, a descansar en la tumba de su amada reina Juana Seymour.
En el meandro de Hampton Court el monarca dejó sus trampas, el crujir de los muebles, el exquisito refinamiento y la paz de su ausencia. Los ciudadanos eran libres para proclamar a Eduardo VI con el son de las trompetas y ver a una reina emancipada, digna e inteligente.
Enrique ya desde el comienzo rechazó el amor de Dios. No tuvo interés por la comunión con él. Quiso construir un reino en este mundo y prescindir del Hacedor. En vez de querer al Altísimo, adoró ídolos, las obras de sus manos, se amó a sí mismo. Por eso el hombre se desgarró interiormente. Entraron en el planeta el mal, la muerte y la violencia, el odio y el miedo. Se destruyó la convivencia paterna. Roto así por el pecado del eje primordial que sujetó a los humanos al dominio amoroso del Padre, brotaron todas las esclavitudes.
Cada uno pensó mucho y quiso poner fin a tanto silencio porque todavía se podían liberar las ideas. Catalina Parr pudo sobrevivir. De no haber muerto el rey, ella hubiera sido la próxima víctima.
En los jardines, Isabel Law pudo ver que por la puerta de los escribientes salían los ancianos vaciados del Viernes Santo, los herejes que iban a ser crucificados; escuchó ruidos de cadenas y de hierros, los heridos cruzaban la aldea, el encapuchado del corcel y el del hacha manchada con sangre… Todos se retiraban como si hubiera terminado la ceremonia para siempre. Muy atrás, casi oculto entre las sombras de la noche, Auguste Deux agitaba su mano que se soltaba de su cuerpo igual que un eslabón.
Las esposas de Enrique VIII no estaban allí para vilipendiar sus leyes antinaturales porque no querían enlodar sus imágenes de cautivas y sacrificadas.
La ausencia dignificaba el paso por los claustros sombríos y enmudecía al más sabio adivino.
______Enrique VIII, Ana Bolena, Catalina de Aragón, las ejecuciones por presunto adulterio, Isabel I.