El poema que Borges nunca escribió...





En noviembre de 1988 la revista "Uno mismo" publicó un poema titulado "Instantes", con la firma de Jorge L. Borges.

Desde ese momento fue fotocopiado  hasta el hartazgo y se convirtió en el texto más famoso del gran escritor. Ironía borgeana, chiste de mal gusto o el más grande de los malentendidos de la literatura argentina; esos versos adoptaron al autor, al estilo de los personajes de Pirandello, desesperadamente solos, huérfanos de alma:


"Si pudiera vivir nuevamente

mi vida, en la próxima trataría

de cometer más errores.

No intentaría ser tan perfecto,

me relajaría más.

Sería más tonto de lo que he sido,

de hecho tomaría muy pocas

cosas con seriedad..."


Así comienza el poema, como una enumeración de pautas de autoayuda, o una confesión final y son éstas las palabras que la gente ha querido escuchar de Borges.

El asunto es que María Kodama decidió iniciar acciones legales contra el director de la revista, quien reconoció el equívoco. Sin embargo, nada alcanzó para enmendar el error: más fotocopias, señaladores, afiches, divulgaron el malentendido por el mundo.

Un diario parisino ha publicado una traducción al francés de "Instantes" convirtiendo a Borges en el centro del  homenaje. 

Muchos se han rendido ante la evidencia de la multitud que asegura que esos versos son del poeta elegido, festejando el plagio como uno de los modos de la celebridad y la bienaventuranza. 

Buenas y Santas... Los hijos olvidados



🌷Felicitas se paró cerca de la galería a contemplar el horizonte con los ojos turbios. Era una tarde clara de primavera. La pampa todavía estaba desolada por el invierno pasado y el camino se extendía endurecido y seco. Llegó a la bifurcación de un sendero. Había un jalón de tierra arenisca que servía para marcar las direcciones: las cumbres, el pueblo, la granja. Pensó en el verano y un aluvión de recuerdos infantiles acudió a su memoria. Aquel sitio era el preferido de su abuelo. Durante largo rato estuvo contemplando el mojón. Inclinándose, vio junto a su base un agujero donde solía almacenar guijarros y caracoles. Imaginó a un niño desgreñado apoyando la cabeza en los barrotes de una verja. Era Antonio que le sonreía porque buscaba jugar con ella. Compartieron una naranja y apareció una señora muy enojada que se lo llevó de una oreja. Luego ella se fue al corral a darle de comer a las palomas.


Escribir BUENAS Y SANTAS...Los hijos olvidados fue un placer para mí. La vida del campo, sus costumbres, las almas que habitan los surcos, el silencio... es lo que más conozco por haber crecido entre la llanura y el pueblo. Amo los susurros del anochecer cuando el tiempo parece detenerse en preguntas sin respuestas; allí aparecen los años que buscan futuros, toda la vida en un segundo y el amor dormido de quienes fueron presencia y abrazos.
Acá dejo mis letras como testimonio de la vocación y la perseverancia.  


Buenas y Santas...-Los hijos olvidados.

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La isla de las mariposas, de Corina Bomann


El mismo día en que descubre que su marido le es infiel, la joven abogada Diana recibe la noticia de que su adorada tía abuela Emmely está muy enferma. 

Sin pensarlo dos veces, Diana toma el primer vuelo a Inglaterra para despedirse de ella. Emmely tiene una última voluntad: Diana debe esclarecer un antiguo secreto familiar. Para ello, la anciana ha dejado pistas por toda su casa, la imponente mansión Tremayne House, que su sobrina deberá encontrar e interpretar, con la ayuda del leal mayordomo, el señor Green. 

Poco a poco, Diana descubre una compleja historia familiar que se remonta al siglo XIX y la conduce hasta las hermanas Grace y Victoria Tremayne, propietarias de una plantaciónde té en Ceilán. 

La joven abogada se verá obligada a seguir los pasos de sus ancestros y viajar a la hermosa y exótica isla de Sri Lanka para develar el misterio.

La isla de las mariposas, de Corina Bomann

Diario de Honorato de Balzac




Nací en Tours el 20 de mayo de 1799. Mi madre, Ana Carlota Laura Sallambier, hija de un acaudalado comerciante en paños era treinta y dos años más joven que mi padre; de carácter frío y especulativo, ágil y egoísta, era lo menos parecido a un modelo de ternura. Hacia 1840, yo mismo escribí en una carta:

"Si supiese usted qué mujer es mi madre,
un monstruo.
Me odia por mil razones.
Me odiaba ya antes de que naciera.
Es para mí una herida de la que no puedo curarme.
Creímos que estaba loca.
Consultamos a un médico suyo desde hacia treinta y cinco años.
Nos declaró:
-No está loca. No. 
Lo que ocurre, únicamente, es que es mala...
Mi madre es la causa de todas las desgracias de mi vida."

Mi padre, Bernard-Françoise Balssa, era administrador del Hospicio local. Dinámico, pésimo comerciante-en dos años despilfarró la generosa dote de mi madre- y autor de pésimas monografías, siempre estaba dispuesto a sacarle un poco más a su destino.

Durante seis años estudié en el colegio de Vendôme; en ese lapso, mi madre sólo me visitó dos veces. Me refugié en la lectura...


Honorato de Balzac escribió muchos libros que tuvieron un éxito relativo hasta que el espaldarazo definitivo llegó con "Eugenia Grandet". Este libro le valió el reconocimiento de toda Europa- tuvo el apoyo de Dostoyevski, quien hizo su traducción al ruso-, una plaza al lado de Hugo, Nerval, Gautier y George Sand, y un impresionante éxito crítico.

Es evidente, que en "Eugenia Grandet" Balzac se propuso tratar el poder del dinero. Existe una historia de amor, bastante lacrimógena por cierto, y es importante, pero siempre estará subordinada al oro, que ha marcado-y seguirá marcando-los hábitos, las costumbres y los sentimientos de los personajes principales. 

A menudo, se ha criticado el excesivo énfasis que Balzac pone al tratar las manías del avaro y el enamoramiento de Eugenia; a la hora de la verdad, eso no desmerece en absoluto el ritmo de la narración.

Hay en Eugenia Grandet
páginas memorables,
como el instante en que Eugenia entrega sus ahorros
a Carlos,
o la agonía del viejo Grandet,
un avaro que está a la altura de Shylock de Shakespeare
y del Harpagón de Molière.


Un ejemplar original de "El Principito", de Antoine de Saint-Exupéry





Un ejemplar original de "EL PRINCIPITO" del escritor y aviador francés ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY, con cuatro dibujos y dedicatorias del autor fue subastado ayer en París por casi 90.000 euros.

Edición original en francés de la edición estadounidense de "El Principito", este ejemplar ofrecido por el autor a su amigo, el teniente coronel LIONEL-MAX CHASSIN, estaba estimado entre 80.000 y 100.000 euros, según la casa subastadora Cazo. Fue adjudicado por 89.467 euros, gastos incluidos. El ejemplar vendido ayer está dedicado a DOUDOU CHASSIN, hijo mayor, ya desaparecido, de Lionel-Max Chassin.

La amistad entre Lionel-Max Chassin y Saint-Exupéry se inició en 1929, cuando el primero fue profesor de navegación aérea del segundo. Ambos se reencontraron en Argel en 1943. Chassin ayudó a Saint-Exupéry a retomar al servicio, pese a que le consideraba incapaz de pilotear un avión de combate como el P-38 Lightning, en el que desapareció el escritor frente a Marsella el 31 de julio de 1944.





Premio Clarín de Novela 2019




Bases y condiciones legales Premio Clarín Novela 2019

ARTE GRAFICO EDITORIAL ARGENTINO S.A. empresa propietaria y editora del DIARIO CLARIN (en adelante, "AGEA") convoca a escritores a participar en el concurso literario de NOVELA correspondiente al año 2019 (el "Concurso"). La participación en este Concurso literario está sujeta a las siguientes bases y a las condiciones establecidas en el contrato que oportunamente deberá firmar el ganador, y se consideran conocidas y aceptadas por los participantes por el sólo hecho de presentar la obra en el Concurso. 

1. Podrán participar en este Concurso escritores vivos de cualquier nacionalidad, mayores de 18 años, que presenten obras originales e inéditas, en idioma español y de su autoría. Para aquellos interesados en participar con 17 años cumplidos, podrán hacerlo con una autorización de sus padres o tutores, debidamente certificada.
2. Quedan excluidos de este Concurso todas las personas que se desempeñen en relación de dependencia en cualquiera de las empresas que forman parte del Grupo Clarín, y los escritores que hayan sido ganadores y/o finalistas de este Concurso en ediciones anteriores cuyos libros hayan sido impresos. 
3. Cada novela debe presentarse firmada con seudónimo, entregándose un sobre aparte y debidamente cerrado en cuya cubierta se indique el seudónimo usado por el autor. En el interior del mismo deben figurar nombre y apellido, número y tipo de documento del autor como así también su domicilio y teléfono. 
4. El autor de la obra elegida como ganadora del Concurso, recibirá de AGEA un anticipo de $400.000.- (Pesos cuatrocientos mil) a cuenta de la cesión exclusiva de los derechos de edición, publicación, comercialización, impresión y demás derechos que cede, conforme a lo estipulado en el punto ocho de las presentes bases a "AGEA" conforme surge del contrato que deberá firmar oportunamente. El pago de dicha suma, se encuentra sujeto a la firma del contrato respectivo. 
5. El Concurso no podrá ser declarado desierto ni distribuido entre dos o más concursantes. 
6. El jurado estará integrado por personalidades de reconocido prestigio del ámbito de la cultura. Una comisión lectora de preselección, establecida con el libre criterio de la organización del Concurso, evaluará el total del material recibido y seleccionará las obras finalistas, que enviará al jurado. 
7. El jurado emitirá su voto sobre las novelas finalistas y su fallo será inapelable. 
8. El otorgamiento y la recepción del premio establecido en este Concurso implica, sin necesidad de declaración alguna por parte del autor, el reconocimiento del derecho exclusivo a favor de "AGEA", para imprimir, distribuir, reproducir, comercializar, publicar, adaptar y difundir, sin limitación de territorio y cantidad, y por cualquier medio y formato, creado o a crearse, la obra galardonada. Por cada ejemplar vendido y cobrado de la novela premiada como ganadora, AGEA reconocerá al autor, en concepto de cesión de derechos, el equivalente al 10 (diez) por ciento del precio de tapa, conforme lo prevea el contrato respectivo. Los derechos reconocidos y cedidos en forma exclusiva a "AGEA" comprenden todas las modalidades de edición, publicación y reproducción de la novela premiada, en cualquier formato creado o a crearse e incluyen, a título meramente ejemplificativo, tapa dura, rústica, económica y de bolsillo, club, ebook, etc., No así las distintas modalidades de reproducción y difusión audiovisuales existentes ni el derecho de traducción, reproducción, difusión y venta en otros idiomas distintos del español. Las situaciones no especificadas expresamente en estas bases se rigen por las previsiones contenidas en el contrato tipo, que será publicado en el site https://www.facebook.com/PremiosClarinNovela, cuyo modelo integra las bases de este Concurso, que el concursante declara conocer y aceptar obligándose, tanto el autor como la editorial, en caso de serle otorgado el primer premio, a suscribirlo y realizar los demás actos materiales y jurídicos que sean necesarios, según la legislación vigente, para inscribir los respectivos derechos ante autoridad competente, sea ésta argentina y/o extranjera. 
9. Los originales se recibirán entre el 10 de Mayo y el 19 de Julio de 2019. En el caso de novelas enviadas por correo, se considerará como válida la fecha que indique el matasellos. 

Los concursantes que se encuentren en el exterior podrán realizar los envíos mediante la firma UPS, puede visualizar los locales y teléfonos de su país en www.ups.com. Al momento de entregar el envío a dicha empresa deberán informar lo siguiente:
• Cuenta: 327RA9
• Nombre de la Empresa: Arte Gráfico Editorial Argentino S.A
• Contacto; “Premio Clarin”
• Dirección: Av. De Mayo 1370 – Piso 7 Of. 185 Cp: 1085. Argentina.
• Tel.: +54 114383-6527
• Forma de pago: Por cobrar (freight collect). / Impuestos por cobrar.
• Servicio: Express Saver.

Ante cualquier consulta sobre la utilización de UPS para el envío de las novelas contactarse con Christian Ojeda a la siguiente dirección de mail christianojeda@ups.com, Matias Ruiz mruiz@gcgestion.com.ar, Alvarez Jose jalvarez@gcgestion.com.ar 
El fallo del jurado será dado a conocer en un evento a realizarse durante el mes de octubre o noviembre de 2019 en lugar a designar. Con una semana de antelación a tal evento, se informará a través de la prensa, el título y seudónimo de las obras finalistas. 
10. Las novelas habrán de estar escritas en castellano y su extensión no debe ser inferior a las 150 (ciento cincuenta) páginas, en papel formato "A4" (según norma DIN-A4, es decir en páginas de 21,00 cm x 29,7 cm), claramente mecanografiadas o tipeadas con letra Times o similar, en cuerpo 12, a doble espacio y en una sola de sus caras. Para participar del Concurso, los escritores deberán entregar dos copias de la obra, sencillamente encuadernadas, anilladas o cosidas, junto con su versión digitalizada en un CD o DVD , en cuya etiqueta conste el título de la obra y el seudónimo del autor. Este último requisito no se aplica a quienes presenten versiones mecanografiadas y no implica criterio alguno de selección. La entrega de las obras debe realizarse en Av. de Mayo 1370 - Piso 7 Of. 185 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - CP: 1085, de lunes a viernes en el horario de 11 a 17 horas. En la cubierta de los ejemplares se hará constar que la obra es presentada a los efectos del Concurso. Contra la recepción de la obra, AGEA entregará al participante un recibo en el que conste el número con el que ingresa al Concurso. 
11. La presentación de una obra en este Concurso implica el conocimiento y la aceptación, sin limitaciones, por parte del autor, de las presentes bases y del modelo de contrato que el autor suscribirá una vez conocido el resultado. Las condiciones del mencionado contrato se publicarán en el Facebook del Premio y se considerarán de público conocimiento sin admisión de prueba en contrario. 
12. No se realizará la devolución de los originales y el material digital presentados. Los ejemplares no premiados serán destruidos ante escribano público. 
13. Para cualquier diferencia que tuviera que dirimirse por vía judicial, las partes se someten a la jurisdicción ordinaria, competente en razón de la materia, de la Capital Federal, República Argentina, con renuncia expresa a cualquier fuero o jurisdicción que pudiere corresponderles.
Las presentes bases y condiciones están sujetos a cambios del organizador y/o auspiciantes, de acuerdo a su libre criterio y decisión, bastando su publicación para su conocimiento.
El modelo de contrato queda sujeto a modificaciones.

Retratos literarios: Mujercitas, de Louisa M. Alcott

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SUS INOLVIDABLES PERSONAJES:


"MUJERCITAS"
de LOUISA M. ALCOTT
uno de los libros que marcó mi infancia.
Lo leí muchísimas veces buscando compartir la magia
de esas niñas maravillosas
que parecían tener vida en aquellas páginas.

Las imágenes corresponden a la película de 1949.
Género: romántico

Janet Leigh

MARGARET (Meg)

La mayor de las cuatro hermanas tenía dieciséis años y era bonita y más bien gordita, con suaves cabellos castaños, ojos grandes, una boca atrayente y manos blancas y delicadas, de las que estaba bastante orgullosa.

June Allyson

JOSEPHINE (Jo)

De  quince años era muy alta, delgada y morena y hacía pensar en un potrillito, pues nunca parecía saber qué hacer con sus largos brazos y piernas. Poseía una boca de firmes contornos, una naricilla graciosa y ojos grises de agudo mirar, que parecían verlo todo y eran alternativamente fieros, burlones o pensativos. Su cabellera larga y espesa era su única belleza, pero por lo general la llevaba contenida por una redecilla para que no la incomodara. Tenía hombros redondos y manos y pies grandes; llevaba la ropa como al descuido y tenía el aspecto un tanto deslucido de la niña que rápidamente se está convirtiendo en mujer, a quien la transformación no le gusta. 


Margaret O`Brien

ELIZABETH (Beth)

Era una niña de trece años, de color sonrosado, suaves cabellos y ojos claros, tímida en su voz y en sus modales y con una expresión de serenidad interior que rara vez alcanzaba a alterarse. Su padre la llamaba "La pequeña tranquilidad", nombre de excelente acierto, pues Beth parecía vivir en un mundo feliz de su propia creación y del que sólo salía para tomar contacto con aquellos a quienes dedicaba su amor y su confianza.

Elizabeth Taylor

AMY

Aunque la menor de todas, era una persona sumamente importante... según su opinión, por lo menos. Era de piel blanquísima, ojos azules y cabello casi amarillo, que formaba rizos sobre sus hombros. Pálida y esbelta, se comportaba siempre como una señorita muy cuidadosa de sus modales.

(descripción de los personajes del libro "Mujercitas")


Se filmaron otras versiones del libro de
LOUISA M. ALCOTT
pero esta misma es la que yo veía por los años 70.

***

-----------------------------Pasión por Luisa M. Alcott, Jane Austen, las hermanas Brontë.


La abuela Lola, de Cecilia Samartin


Sebastián sueña con ser un niño igual que los demás, con ser capaz de correr como el viento en el campo de fútbol, chutar la pelota de tal manera que dibuje una perfecta parábola y marcar un gol. Pero su corazón tiene un defecto desde que nació, lo que significa que no puede cumplir sus deseos. No obstante, Sebastian ha logrado encontrar su lugar en el mundo gracias a su excéntrica abuela Lola y al amor que esta siente por la cocina. Ambos preparan juntos riquísimos y exóticos platos puertorriqueños, el país de origen de su abuela. La complicidad que crece entre ambos (un niño enfermo y una anciana) se convierte pronto en un fuerte vínculo que logra unir de nuevo a una familia desestructurada, pues, como siempre dice Lola, «una comida preparada con amor no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma».
Esta es la historia mágica de un niño que aprendió a bailar con la muerte y de cómo las pequeñas victorias de una familia pueden servir para reconstruir corazones heridos de muy diversas maneras. La abuela Lola nos enseña que la diferencia entre la alegría y la tristeza a veces pende simplemente de un hilo frágil, casi invisible. Una historia conmovedora que te emocionará.
La abuela Lola, de Cecilia Samartin

Cartagena de Indias, la ciudad de Gabo





La vieja Cartagena de Indias es una ciudad de ensueño, no sólo por su arquitectura colonial, sus altas murallas de piedra y el calor de su gente sino, más que nada, porque ahí vivieron Gabriel García Márquez y sus personajes más queridos. Descubrirla es un viaje al corazón del realismo mágico.

Está solo, sentado en el fondo de una de las mesas del salón,
que no es muy amplio pero es acogedor.
Bermudas de explorador, camiseta sin mangas,
sandalias con suela de goma.
La ropa es clara, liviana, fresca.
Barba espesa, anteojos de carey, pelo ensortijado.
Sobre la mesa de madera, redonda,
diminuta, se apiñan una tablet, un celular y una cámara reflex con motor,
de las que usan los profesionales.
También hay un cuaderno de notas,
en el que garrapatea una palabra tras otra con un lápiz de punta afilada
con esmero y sin levantar la vista del papel.



Está ahí por las historias que cuentan, algunas ciertas, otras inventadas, de los días en los que Gabriel García Márquez se refugiaba en las mesas del fondo en compañía de libros y café; los otros son parroquianos, gente del lugar, que disfrutan del generoso aire acondicionado, del ambiente amable y del tiempo libre.


La muy antigua y heroica Cartagena de Indias, la más bella del mundo, abandonada por sus  pobladores por pánico al cólera, después de haber resistido a toda clase de asedios de ingleses y tropelías de bucaneros durante siglos, como la ve de las alturas, en su quimérica travesía en globo Fermina Daza, en la novela preferida de Gabo "El amor en los tiempos del cólera", ésa es la ciudad, ni más ni menos.


Abaco (librería) es el punto final de "La Cartagena de García Márquez, historias reales e imaginarias", un recorrido por los lugares que marcaron la vida y los libros del autor de "Cien años de soledad". Ahí está el convento de Santa Clara, donde las hijas de la aristocracia eran "enterradas vivas" por haber cometido el error de enamorarse de la persona equivocada. El jardín escondido, la galería de techos de madera, los paredones sin ventanas, que vieron envejecer y morir a las monjas de clausura que cruzaban la puerta una vez y para siempre, siguen en pie.


Ahí sufrió su calvario Sierra María de Todos los Ángeles, en "Del amor y otros demonios", otra de las novelas que late en el corazón de Cartagena de Indias, la vieja, la encantadora, la que se pierde entre callejones ardientes, donde se apiñan los vendedores ambulantes, las mujeres voluptuosas... Basta dar vuelta la esquina para dar con la casa amurallada que hizo construir García Márquez. No se puede ver más que las palmeras que asoman por encima del alto paredón y la ventana desde la que a Gabo le gustaba contemplar el mar.


En 1984 , la Unesco declaró a Cartagena de Indias Patrimonio Histórico de la Humanidad y la ciudad le hace honor a la distinción.


Eso es lo que celebra el muchacho que intenta
infructuosamente poner en blanco sobre negro
aquello que le apasiona escribir
sin distraerse de su cuaderno de notas.
Vivir para contarlo, parecen decir unos;
contar para vivirlo, parece querer el otro.
Afuera está la ciudad,
el campanario de la Catedral de Santa Catalina de Alejandría,
los atardeceres en el Café del Mar,
los enamorados, los condenados,
las carcajadas de Gabo
que retumban en los portales a la luz de la luna.

Ricardo Luque



Buenas y Santas...









La tierra no era ajena, escondía una última inocencia. La enamorada, Felicitas, buscaba la salvación cuando las aventuras perdidas eran sólo jaulas. No podía dominar el silencio, en continuidad, porque aparecían pequeños cantos, diálogos fragmentados, naufragios...
Nadie pierde lo que no ha tenido nunca.






🎩
Yo sé del sol,
yo sé de la melodía de los ángeles
y del reto ardiente
del último viento.

Sé de los sueños,
de mirar el alba
con los ojos desnudos
cuando las sombras se posan
en el extraño latir de los recuerdos.

L.Fraix.


BUENAS Y SANTAS... Los hijos olvidados
Amazon.es

Papel y tinta, de María Reig


¿De qué serías capaz por cumplir tus sueños?
¿Qué tenía que hacer una mujer para lograr los suyos

en la España de principios del siglo xx?
Madrid, primeras décadas del siglo pasado. Elisa Montero, aunque de origen humilde, es criada desde niña por su madrina, una adinerada y misteriosa mujer perteneciente a la alta burguesía madrileña. La sensación de no pertenecer a ningún lugar y de cierta rebeldía ante los designios que otros han trazado para ella será algo que marcará su vida.
Elisa no solo buscará liberarse de las limitaciones que le imponen su condición de mujer y su posición social para lograr convertirse en periodista, sino que intentará tomar las riendas de su destino y entregarse al verdadero amor. Como testigo, la rabiosa y convulsa actualidad de una España entre guerras que la acompañará en su lucha por conocerse a sí misma y sobreponerse a sus propios prejuicios.

Simulacro de arresto


Elena Dudina



En las alturas los Alpes Grisones, Réticos, Berneses y Peninos, los glaciares, el clima frío y el suelo cubierto de nieve...
Los suizos desarrollaban, con gran esfuerzo, la agricultura por la naturaleza agreste de la tierra.
Lloviznaba parejo sobre el viejo barrio cercano a Berna (capital).
Desde la ventana de la cocina, Rebeca Spee miraba el cerco que rodeaba la casa vecina. Esta propiedad pertenecía a Teodora Eberth, una anciana de cuentos, extremadamente retraída y especial. Intérprete de sus propios actos se dejaba llevar por la desidia sin intenciones de persuadir a nadie. Tal vez, el pretexto era la locura: sufría ataxia.*
Una tarde, vestida de negro, salió a la calle y dobló por la esquina de los cipreses; la avenida conducía al cementerio. Muchos decían que era maga o una vidente trastornada por esa soledad casi macabra que la envolvía en una maraña de confusas ceremonias. Se comentaba que había velado a su hija muerta, tras una golpiza callejera, una mañana de un año bisiesto.

Ese día se fue a los bosques de pinos, hayas y encinas a practicar sus ritos en la región del Jura.
Rebeca Spee estaba obsesionada y estudiaba sus pasos. Comentaba haber visto la imperfección de su rostro a través del velo; era evidente que había tallado su cuerpo peñascoso con precisión. Cualquier noche intentaría esculpir los vértices de su enlodado mundo de sortilegios.


En la entrada de la casa se encontraba estacionado un automóvil Daimler (1886)
Con el deseo de ilustrar su imaginación cruzó el vallado que separaba ambas moradas. Golpeó pero no respondió nadie. Sobre bronce una inscripción decía: "in péctore"*. Su andar plagado de curiosidad e inmune a las acechanzas la convertía en un épico "Quijote", algo desnudo pero fuerte.

Caminó a través de una galería oscurecida por una niebla con olor a hollín sostenida por arquitrabes; una columna de ocho módulos de altura, el capitel sencillo y el friso con metopas y tríglifos. El comedor se encontraba detrás del pasillo. Brillaban los muebles, los candelabros, la platería y los cuadros... En la pared, colgadas, una navaja, una gudía que era una especie de mediacaña que servía para reconocer el fogón de los cañones de artillería y un formón.

Rebeca prendió una vela y pudo ver una cortina que cubría una puerta. Se acercó, tocó el picaporte y dejó al descubierto un mausoleo abandonado por el cansancio de los siglos; detrás, un azote largo y flexible de cuero o cuerda; merodeaban también larvas extrañas que no pertenecían al lugar: de percebe, de dítico (coleóptero de agua dulce)...


Una mesa estaba preparada con platos, copas y los utensilios necesarios, unidos por los transparentes hilos que tejían las arañas; detrás de la habitación preparada para el ágape había un cuarto destinado a albergar ataúdes de antepasados. Sobre pedestales se encontraban numerosos de ellos, deteriorados por los años y la humedad; entre las maderas añosas surgía la mirada de un escorpión... Aquellos trastos sin axiomas eran avezados testigos de la insania camuflada de vejez o de juventud.

La lumbre se apagó y apareció Teodora Eberth con un puñal; tenía el encéfalo translúcido y se le veía el cerebro, el cerebelo y la médula oblonga. Bailaba una danza negra. Comenzó el combate entre ambas en ese báratro de situaciones incongruentes y bajo la soledad de ese sentimiento de desprotección. El final se retardaba y los huesos roídos clamaban entre los robles como partidarios de la lucha. Teodora dejó el arma y tomó un destral. Fatigadas por los hechizos y la atmósfera ardiente se intoxicaban las entrañas con la ponzoña de la sangre derramada.

Era inútil tratar de identificar las caras rasuradas por la barbarie; acaso algún vigía aguardaba en la acera de enfrente.
Las dos se miraron sacudidas por la conmoción mientras se acercaban varios enfermeros. Paralizadas ante el asombro y sujetas a la rigidez que le produjo la paliza, quedaron entregadas al cadalso.


Los hombres las observaron detenidamente y se llevaron a Rebeca Spee.
Detrás, dejaron un flamante edificio de departamentos...




Luján Fraix-1979

* Inseguridad de movimiento.
*"in péctore", muy reservadamente.

Las obras son de Elena Dudina.




"La locura, a veces,
no es otra cosa que la razón
presentada bajo diferente forma"

Johann Wolfgang Goethe (1749-1832)
poeta y dramaturgo alemán.


De mi libro "Molinos de viento" (cuentos, 2002-Buenos Aires)