Septiembre

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 “Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera.”

Pablo Neruda 




Septiembre, para nosotros, es el mes de la primavera.
Cruza sus esteros el tiempo y nos sorprende con su luna blanca dibujando formas inquietantes. Es la paz que se asoma con el sueño lento y quebrado, evoca otros momentos: pretéritos, felices... Quién pudiera ser luz para llegar a lo más hondo del alma y devorar versos para calmar tanto desasosiego.

En el tumulto inerte, los colores visibles del presunto renacimiento son la salvación para este naufragio. Y se adormece el viento y los brazos se extienden... Buscan espacio entre los grises para multiplicar los patios y descorrer los velos de lo absurdo.

Algunas frases aparecen entre mis trazos leves con sus diminutas ansias de vivir, pero se derrumban ante la necedad de los otros. Quiero pintar un lienzo a sol pleno con vuelo de gaviotas, quiero detenerme a mirar lo que soy: mi silencio, la esperanza, algún cuaderno del pasado, el verso que me sostiene... porque no hay nada más. El horizonte arroja sólo silencio.

Feliz mes de septiembre.
Estoy medio triste.
Abrazos para todos.
Hasta octubre.


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No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Eduardo Galeano

 “La ausencia disminuye las pequeñas pasiones y aumenta las grandes, lo mismo que el viento apaga las velas y aviva las hogueras.”

Francois De La Rochefoucaul


Novela basada en hechos reales
EL AMOR EN LA GUERRA
¿Y después?
DOS MUJERES, UN DESTINO


A Facundo Cruz le tocó ir a la guerra, sin tiempo para imaginar lo que podía ser el campo de batalla. Era un joven, casi un niño, que no sabía manejar un arma, pero que lo hizo con valentía y entrega como todos y cada uno de los soldados argentinos.

En ese ambiente hostil, por un capricho del destino, conoció a Hellen Pusset, una kelper inglesa, que no había podido escapar de los combates. Ella tenía cinco hijos que vivían la tragedia y la aventura de no saber cuál sería su futuro.
Facundo se enamoró de Hellen y vivieron un amor platónico, entre las balas y a merced de quienes tenían la última palabra.
Cuando terminó la contienda se separaron…

Y llegó: la soledad y la marginación, la ausencia de oportunidades, la indiferencia, el poder y la ausencia del mismo, los desenlaces… El adiós de los compañeros.

Facundo se casó con otra mujer, pero ese pasado lo condenó a las sombras y arrastró su matrimonio a conflictos que duraron veinte años. Él seguía pensando en Hellen y en cómo encontrarla después de tanto tiempo. No sabía dónde buscarla, pero tenía la convicción de que la volvería a ver para revivir la bella historia de amor.

Marianela, su esposa, también fue parte de la realidad que no supo o no pudo manejar. Pero dejó un mensaje, a su manera, de cómo se lucha, se vive y se ama, a la par de un ex combatiente.

Cuando volver a casa se transforma en otra guerra...

Hellen, escribe...
Guerra de Malvinas-1982



¿Cómo escribir personajes femeninos?

 


¿Cómo escribir personajes femeninos?

Es importante saber de antemano cómo será el retrato femenino de nuestra novela y la época en que transcurre la historia.

En primer lugar trataremos de describir a una persona, destacando sus peculiaridades físicas y psicológicas. Un retrato no demasiado extenso en el que el lector se pueda imaginar y hasta ver a ese personaje que estás describiendo. Para mí lo importante, más que lo físico, es la parte emotiva: sus alegrías y tristezas, amores, sueños por alcanzar, miedos, desilusiones... Ese aspecto la hará más realista, más cercana, y a la vez se podrán identificar con su lado positivo o no tan positivo. La vida no es "color de rosa" siempre. Lo ideal es buscar a una persona real y observar sus movimientos, la manera de mover las manos, la risa, los gestos, de qué se emociona y qué la pone furiosa... También todo lo negativo: la soberbia, la falta de empatía, el rencor, si es alguien que no reconoce sus errores, que no pide perdón... Todo suma.

 Es importante también seguir un poco la línea literaria, aunque hoy en día no se use mucho.

Ejemplo:

“Florencia era alta, elegante, soberbia. Su tez era blanca, de una palidez estatuaria. En sus mejillas, el rubor de adolescente manchaba apenas aquella piel satinada.

Tenía la voz firme como eran sus ideas, que explanaba sin dubitaciones, con la seguridad, a priori, de que ninguna de sus opiniones podía ser refutada. Ese rasgo confería a su personalidad un matiz antipático, de rechazo.”

Los personajes, en general, de una novela pueden ser analizados desde el punto de vista de toda obra de arte:

*Reales o ficticios.
*Individuo, carácter o tipo.
*Protagonista, antagonista, confidente y personajes secundarios.
*Estáticos o dinámicos.
*Presentación: expositiva o dramática.
*Caracterización: simple o compleja.

Pero como la novela es un género literario tan flexible, a veces suelen darse otras posibilidades:

*No hay un personaje central: la obra es la historia de toda una progenie, a través de varias generaciones. (Cien años de soledad, de G. Márquez)
*Tampoco hay personaje principal: la novela narra, combinadas entre sí, las acciones de numerosos personajes. (La colmena, de Camilo J. Cela)
*Novelas clásicas: los personajes se repiten a través de varias novelas distintas. (Las novelas de Galdós)

 

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SEMBLANZA O RETRATO LITERARIO

 

 

Maestra del autoengaño, Manuela vivió siempre a la sombra de los demás porque le resultaba fácil y cómodo. Su carácter esquivo y sus rasgos pueriles la transformaban en una discípula de sus propios miedos.

Era una mujer de estatura mediana, cabellos castaños con rulos estáticos y ojos color del cielo. Se vestía como al descuido, con trajes regalados y pobres que no correspondían a su edad. Era sumisa y agradable, demasiado dadivosa y consagrada a los rezos como resultado de su estructurada educación religiosa. Ella creía que permanecía, por su propia voluntad, ajena a las miserias de los humanos.

En las tardes de invierno, tejía ponchos de oveja o de llama…; en su rostro se pintaban el candor y la suavidad, la sonrisa pura y confiada, la sabiduría de la resignación…

Quería refugiarse en su mundo de sentencias y de revelaciones porque su miedo iba en aumento y convocaba a sus fantasmas interiores que aleteaban como aves espectadoras de un probable exterminio. Esos temores le impedían crecer a pesar de haber “dado a luz” a dos hijas.

Manuela, la niña, en un tablón de andamio estaba por caer frente al tiempo y su crueldad, pisoteada por la injusticia, por el espanto y la impotencia.


El sexo, la separación, la infancia, un epígrafe, el cielo, su historia… eran símbolos que su mente guardaba para las pesadillas, cuando despertaba a los gritos en medio de las noches de lluvia, mientras la gata Máxima lloraba a sus pies.

Manuela, herrumbrada, cobarde…, quería ser cruel porque se consideraba desigual ante la maldad de ese destino, pero no era valiente como Dios se lo pedía en los sueños fragmentados. Su voz era dulce y recogida, sus gestos llanos…; existía la nobleza del dolor en la santidad de una mujer que no había manchado su espíritu con los pecados terrenales.

  L.Fraix

-----Eternamente Manuela
El silencioso GRITO de Manuela.



Decir ‘lo siento’ es decir ‘te amo’ con un corazón herido en una mano y tu orgullo sofocado en la otra (Richelle E. Goodrich)

 

En el milagro sacro de la tierra habitaba el perdón.

Su vida demasiado callada no se atrevía y sólo aparecían los grises cuando se le llenaban los ojos de agua. El cuerpo le pesaba como la cintura húmeda de las orillas y los campos de trigo se agrandaban en un oasis perfecto; necesitaba un verano para evaporarse, gota a gota, pasar las páginas de un almanaque viejo que valía dos monedas.

Susan no podía hablar, parecía condenada al mutismo eterno. Entre la última tardanza estaba la mano tendida del tío que la miraba dormido, con retazos de alivio y mensajes encubiertos...

...Las palabras eran brumosas, antiguas y reprimidas. Prefería olvidarlas y permanecía atrapada tras ese cerrojo que la tranquilizaba. No terminaba nunca de perderse. Todo era tan arduo. No quería complicarle la vida a nadie, pero el corazón se le soltaba fuera cuando pensaba en Alma. Ese fruto debía madurar feliz. Dios lo sabía desde lo alto o a su costado. Su corazón, un trozo de esperanza raída, le decía que la sabiduría de la sangre guardaba los latidos bajo un cielo perfecto.

Era noche, día, abrigo... Un sentimiento que transmitía paz entre sus alas de gorrión para llevarle sosiego. Un corazón que debía pulirse porque era imperfecto, lleno de huellas y gritos, triste y a veces vacío, pero vivo para buscar amor a los golpes, a ras de la tierra, con todos los naufragios y los credos, en los sótanos y elevada más allá del firmamento. (fragmento)

***
La profundidad y excelencia con la que escribes es un don pocas veces visto. En un pequeño texto nos haces volar y adentrarnos de lleno en la historia y en la época en que ésta se sitúa. Se percibe el paisaje, los aromas, los sentimientos. En otras palabras, tus textos desbordan de esa extraña magia tuya que los hace maravilloso. Abrazos querida Luján.

Gracias Daniella Bossio (Uruguay)

La Patria grande...





 PUERTO soledad. Guerra de Malvinas-1982
La soledad se hermanaba con su cuerpo acostumbrado a la herida, cuando la maldad eterna tenía el rostro de su tía Roberta. Y aparecían las conjeturas, los ruegos, la pobreza en los bolsillos y la otra... la del alma. Era un combate tras otro por sobrevivir. Emilio se preguntaba tantas cosas en esa ficción de puertas abiertas, sin barrotes, y no lograba descifrar los mensajes encubiertos.
¿Estaba soñando?
¿El amor lo venía a buscar para llevarlo por el camino de la dicha?
Lo deseaba con toda el alma, pero su combate en el frente lo dejaba desnudo de palabras.

***
La abuela francesa. De Suiza a América-1865
Francisca y Juan José llegaron a Argentina con nueve hijos. Melanie, uno de ellos, niña todavía, tuvo que enfrentar la pobreza. Sabía que había que empezar de nuevo y añoraba el valle en Suiza, los corderos, los caballos... Se sentía sola en las pampas argentinas y le temía a los indios. Eran descendientes del sol y de las tormentas, de los caminos cargados de carretas y de aquellos que soñaban con una PATRIA grande.


Buenas y Santas... Los hijos olvidados.
Doña Emma amaba su tierra y cuidaba la estancia "La Candelaria" que le había dejado su esposo cuando falleció... Temía ser defraudada por sus hijos a quienes seguía de cerca. Año 1910. El campo traía en sus trinos de jilgueros la santa paz que necesitaba, pero ella se dispersaba con problemas de familia, secretos inconfesables y rebeldías de su querida Felicitas. La niña no le obedecía y escapaba con su caballo al atardecer, conversaba de noche en el rancho del capataz, y le desobedecía... No tenía límites. Un día, doña Emma, cansada de tantos consejos tomó una determinación que le costó demasiado caro.

***

El silencioso GRITO  de Manuela.
Manuela con su miedo a sufrir y a crecer, con sus temores a una libertad posible, se encerraba en los salmos y allí, en esa cueva, ahogaba a sus hijas que querían desatar el lazo. Ella era inocente-niña, demasiado dadivosa e inmadura. Prefería que los otros tomasen las determinaciones y sentarse a esperar el futuro rodeada de tulipanes. Gritaba sus tantos temores dentro del pecho, y esperaba el silencio para dormir junto a la gata Máxima rodeada de grillos. Era una mujer real con su locura de amor. La conocí y aprendí a quererla. La recuerdo con mucho cariño.
Eternamente Manuela

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Violeta, de Isabel Allende



La épica y emocionante historia de una mujer cuya vida abarca los momentos históricos más relevantes del siglo XX.

Desde 1920 -con la llamada «gripe española»- hasta la pandemia de 2020, la vida de Violeta será mucho más que la historia de un siglo.

Violeta viene al mundo un tormentoso día de 1920, siendo la primera niña de una familia de cinco bulliciosos hermanos. Desde el principio su vida estará marcada por acontecimientos extraordinarios, pues todavía se sienten las ondas expansivas de la Gran Guerra cuando la gripe española llega a las orillas de su país sudamericano natal, casi en el momento exacto de su nacimiento.

Gracias a la clarividencia del padre, la familia saldrá indemne de esta crisis para darse de bruces con una nueva, cuando la Gran Depresión altera la elegante vida urbana que Violeta ha conocido hasta ahora. Su familia lo perderá todoy se verá obligada a retirarse a una región salvaje y remota del país. Allí Violeta alcanzará la mayoría de edad y tendrá su primer pretendiente...

En una carta dirigida a una persona a la que ama por encima de todas las demás, Violeta rememora devastadores desengaños amorosos y romances apasionados, momentos de pobreza y también de prosperidad, pérdidas terribles e inmensas alegrías. Moldearán su vida algunos de los grandes sucesos de la historia: la lucha por los derechos de la mujer, el auge y caída de tiranos y, en última instancia, no una, sino dos pandemias.

Vista con los ojos de una mujer poseedora de una pasión, una determinación y un sentido del humor inolvidables que la sostienen a lo largo de una vida turbulenta, Isabel Allende nos regala, una vez más, una historia épica furiosamente inspiradora y profundamente emotiva.


***


OPINIÓN


Leer a Isabel Allende siempre es un placer.

Esta historia es bella y tiene su estilo, su sello, pero sentí, de alguna manera, que estaba leyendo uno de sus tantos libros. Los primeros me gustaron más.


En la novela, la protagonista cuenta su vida, empezando por la niñez, a "alguien". No quiero decir a quien porque es bueno que lo lean y se lleven la sorpresa. La narrativa tiene su impronta y es natural, pero esta vez noté que escribía desde otro lugar: más distante y frío. Demasiadas descripciones, páginas enteras con intensos detalles. Me costó emocionarme.


Habla también como siempre de las dictaduras; en este caso de la dictadura militar argentina. Ese tema no me gustó. Tema incompleto.

De todas formas, ella es una maestra y quien escribe necesita del aprendizaje que deja en sus libros.



Violeta, de Isabel Allende


La última hora, la despedida

 

Rebeca corrió por el pasillo angustiada, sin pensar en nada sólo en su padre.

La vida le mostraba su otra cara frente a la lucha diaria y frente a los otros.
Estaba enferma pero lo había olvidado.

Ya no creía en nadie porque la defraudaron; tendría que convertirse en egoísta para poder salvarse. Ella que estaba condenada a las sombras, que padecía una enfermedad...

Escuchó la música de violines y dio unos pasos atrás. El bullicio la dejaba aislada en su burbuja, recogida en su mundo interno, aturdida, pero sabía que todavía le quedaban fuerzas.

El abismo del mar, la empujaba a ser ella misma y a luchar sola.

¿Debía olvidarse de su familia?
No quería, pero la obligaban a saltar a los botes. No quería, gritaba...

Apareció alguien que le mostró otra realidad y la paz se encargó del resto. Ella,  enferma, encontró la energía suficiente para ser otra mujer.


"Hay dolores que se dicen callandoSe dicen callando, pero duelen igual", Eduardo Galeano.



*
La última mujer
-1912-
Un naufragio
El baúl de perlas

"Cuando alguien planta árboles en cuya sombra sabe que nunca se sentará, ha comenzado a entender el sentido de la vida”

 



De chica nunca iba de vacaciones,
es que mis padres siempre estaban ocupados con sus problemas económicos.
La gente de campo
no solamente vive y trabaja de eso
sino que tiene una verdadera vocación.
No sienten deseos de alejarse de aquello que les llena el alma.

Es que todos buscamos
ser felices...
y lo buscamos fuera de nosotros mismos
cuando en realidad la dicha
está dentro del corazón,
no importa el lugar que estemos.
Yo siempre digo que se puede volar
dentro de cuatro paredes.



Hija única.
Libro de Recuerdos

Secreto en la montaña

 

Aluen tomaba lo que la vida le daba y creía, según el padre Hilario, a quien escuchaba atentamente, que el amor lo curaba todo, aunque por momentos parecía que había dejado de oír porque se apagaba y era sólo un fantasma que arrastraba cadenas. Simulaba esperar la próxima lluvia. ¿Por qué? Para dormir. Ella necesitaba una sonrisa, una mirada, algo de que sostenerse porque caminaba delante de sus propios pasos, aunque quizá huía de ellos.

Aluen ya no era la niña india, sino una mujer que no podía o no quería hablar, pero lo comprendía todo y decidía olvidarlo o lo recordaba tanto que prefería callar.
ALUEN
La colonización de la Patagonia argentina
Los indios tehuelches

La Patagonia rebelde.
La Patagonia trágica.

Grace Kelly (1929-1982)

 


Hoy la tertulia recibe...
 a una mujer bella y elegante
referente de la moda, del estilo y la sofisticación.


Los grandes diseñadores de la época,
como Dior, Balenciaga, Givenchy y Saint Laurent,
y las marcas top se disputaban su imagen.
Tanto que la famosa casa francesa Hermès la homenajeó
con su bolso Kelly y Gucci creó para ella
el primer Foulard de seda estampada Flora.


Es que Grace Kelly triunfó en América por tener
un estilo muy europeo,
y en Europa por ser americana.


Ganadora de un Oscar, dejó
los escenarios al casarse, en 1956,
con el Príncipe Rainiero.


Grace marcó un tiempo y un estilo en el mundo
de la moda.
En el cine, sus vestidos de cintura chica
y campana plato fueron un must y marcaron la tendencia
con la que Dior hizo el gran cambio,
en la década del 50,
dando por terminado el estilo austero,
sobrio y tranquilo de la segunda guerra.


En los años 50,
las mujeres buscaban diferenciarse,
ser alguien resaltando lo femenino.

Grace Kelly encarnó este modelo como nadie
y en ese rol pasó de estrella 
a princesa real.


LOS MUST DEL ESTILO KELLY

Los colores pastel,
los zapatos tipo ballerina, chatitos,
y muy escotados,
el pañuelo de seda puesto en triángulo,
los anteojos negros
y la famosa Kelly bag de Hermès.
El color mint,
los pantalones capri,
el lazo en sus camisas, los cinturones anchos,
los turbantes,
los vestidos con la cintura marcada.
Sus accesorios aliados fueron
los sombreros y los guantes.
En cuanto a los peinados,
la ondas y el pelo levantado.





El atuendo más famoso de la época
fue un vestido de tul en capas,
con guantes y collar de perlas.


Grace Kelly
un ícono de la moda que fue 
la precursora de las it girls
de nuestros días.
Un estilo lleno de glamour.

❤❤❤


Las hadas de Cicely Barker y de Lady Oswald

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Las hadas de Cicely Barker





Los cuentos de hadas llegaron a América aproximadamente en el siglo XVII. Los personajes de Charles Perrault aterrorizaron en este mundo vestidos de reyes y de princesas muy rubios, salvo Blanca Nieves que, por suerte, su nombre servía para atenuar el color de su pelo de un negro azabache que era reservado para brujas y madrastras.


..."Las hadas no vienen del conocimiento ni de la literatura. Nada deben a la guerra ni a los caprichos biográficos. No son ideas ni siquiera apariencias. Pero en este terreno mágico no hay saber definitivo...

El ser del hada es tropismo, es traslación. Ellas están constituidas por aquella materia palpitante que sólo existe porque puede columpiarse (ir y venir) entre dos: Vida y Sueño."

Laura Palacios
(Escritora argentina), del libro "Hadas, una historia natural".

Las hadas de Lady Oswald





"No hay hielo que no se derrita ante el calor de las palabras que brotan del corazón... ni ante el misterio de lo infinito... ni ante el reguero de luz que surge de los sonidos musicales de nuestra voz...

Nos da miedo el mito de la sombra que se esconde tras los pensamientos... y es entonces que nos sorprende esa sensación de sosiego que hay en la profundidad de unos ojos que nos miran y por los que vemos que el mundo es mágico... y que la maravilla de "ser" destruye la pesada carga de no querer descubrir cuál es la meta final".

L.Fraix

El olor a café es como la lluvia...

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¡Forjadores de espadas,
aquí está la palabra!
Juan R. Jiménez
.
A la librería HomoSapiens de Rosario-Argentina-,que es también cafetería, llevé hace tiempo, con toda la ilusión, mi libro: la novela.
El lugar tiene toda la nostalgia junta y más, acumula vidas, años, historias, mensajes... la voz de los que moldearon cada letra, sus poetas y los escritores envueltos en esa magia del café por las tardes compartido. La imaginación vuela con más fuerza que unas alas y aparecen: Borges y Bioy Casares, Cortázar, Silvina Ocampo, Ernesto Sábato, Juan José Saer, Alfonsina, Alejandra Pizarnik... y tantos.
El olor a café es como la lluvia.
¿Dónde estará mi libro?
No importa. En ese lugar se puede quedar a vivir.
.
.
Dorada felicidad.
Ha despertado el jardín su primer pétalo.
La tarde
de matices señeros se recuesta...
en el perfume de los ocres.
Bosteza Beppo*
su sopor de invierno,
Borges a mi lago gira
su sillón vacío...

Luján Fraix
*Beppo, el gato de Borges.


 ---NOVELAS. SEGUIR LEYENDO

EL SILENCIOSO GRITO DE MANUELA