Enero 2021

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 Se fue 2020, uno de los años más dolorosos de nuestra vida, imborrable.

De mi parte los más tristes fueron los que partieron mis padres, pero no puedo dejar de sentir empatía por todas las personas que este 2020 nos abandonaron... Fueron muchos, demasiados, y duele tanto.

Deseo salud para todos, serenidad, porque no sabemos qué vendrá, amor de los seres que nos acompañan y generosidad para compartir.

Yo, en especial, espero seguir escribiendo, necesito cumplir mi sueño y voy a perseverar hasta lograrlo porque vengo caminando hace más de treinta años. 

En Argentina estamos en verano. Un verano diferente; yo que soy demasiado sensible, pienso y siento tantas cosas: esperanza, soledad interior, luz más allá de mí, la risa que siempre me falta, la vocación que me permite respirar, el asombro que no llega, tu alma, mi alma a la distancia pero cerca... La vida puede darnos tantas sorpresas; hay que vivir el hoy con pasión, con intensidad, con valor...

Si una meta se cumple buscar otra a corto plazo y si no se cumple luchar por ella, insistir... hasta alcanzar tocar el sueño con la punta de los dedos.
Agradezco de corazón a quienes compraron mis libros este año que pasó, fueron más y eso me da muchísima felicidad.

No me gustan los festejos y menos en estos momentos. El amor-en general-es algo profundo y es lo que me abarca en su totalidad. No necesito el afuera, el otro... demasiado ruido. Quien tiene mundo interno me comprende...

Feliz 2021 con salud. Tengamos fe de que todo esto va a cambiar.
Abrazo a quienes están cerca siempre y me leen. Les doy mi cariño porque me cambiaron la vida.

Historia de una valentía

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El callejón le dio la mano al infinito.

El sol trepaba por las ramas; se demoraba el tiempo que parecía ofrecerle otro camino. No quería... ¡No!

Ella estaba desolada, tenía cuarenta años y mucho miedo. Tener un hijo a su edad, por aquellas épocas, suponía un riesgo.

No debía pensar porque sabía que si desviaba el sendero la tristeza la seguiría en su recorrido de paloma hasta el fin de los días.

Tenía que ser valiente y escribir un libro cuyas páginas se transformaran en flores de ciruelo, imaginar una mirada rubia igual a la de ella: sus juguetes, la risa, los primeros pasos, su voz... ¿Mamá?

No existía otro futuro.

Al llegar a la casa, se arropó junto al calor del fuego con la manta de vicuña. ¿Dónde estaban las señales?

-Deja correr las olas del mar, olvida la agitada ribera y la arena en remolino. Las muertes pequeñas se quedan mirando su vacío. ¿Por qué miran así?

Porque esperan... Sus ojos puros no duermen nunca más, llevan el cielo dentro.

Ella sintió el temblor de su latido y con una lágrima descendió la noche. Tenía la vida y se dejó llevar... y con ese miedo como compañero, el asombro dibujó estrellas cuando el sol recién nacido le mostraba la luz a borbotones.

Olvidó los temores de la edad y arremetió con valentía.

"Todo esto es tuyo

y tendrá la importancia

que tú le vas a dar".

        F.Aldana

Ese niño llevará en el dorso de la mano sus sueños, las inquietudes dibujadas con tiza sobre los cuadernos y el lenguaje en una caricia.

Llegó el día.

Con su mano, ella comenzó a escribir las páginas en blanco. Cuando vio a la niña, después de luchar tanto, pero tanto, para traerla a ver el mundo, supo que su propia vida ya no le pertenecía...

-Mujer valiente-dijo alguien.

-¿Quién?-respondió ella.

¡Mi madre!


L.Fraix

Tira la pluma... descansa

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Extraño la paz de otros días, cuando la última ventana me mostraba el sol naciente. La luz era una llama que ardía en mi corazón con la palabra.

Tira la pluma... descansa, me dicen. 

Atrás, quedaron los proverbios: viejos, herrumbrados, secos... Los valores grabados a fuego, el grito, los límites... el respeto. Algunas frases.

Ahora, guardo silencio como si caminara entre los miedos. Me alojaré al final de mi destino con mi mantón de telarañas, frente al espejismo de la luna. Tal vez, allí entienda que las puertas están cerradas y que la llave se ha perdido.

L.Fraix

Pintura de
John William Waterhouse





Gracias Rafael Sánchez Ortega (España)

 


El gran escritor y poeta Rafael Sánchez Ortega (España) se ha inspirado en mi relato "Te lo contaré esta noche" y me ha regalado sus letras en esta Navidad. Gracias, es un honor para mí.


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"....(Inspirado en un escrito de Luján Fraix)

"Te lo contaré esta noche", dijiste...

Y te esperé y esperé en vano mientras se pasaban las horas lentamente y mis pensamientos vagaban por un bosque irreal que guardaba los "antiguos secretos de la Navidad". Allí creí ver los árboles que surgían de entre la oscuridad y la bruma con sus ramas en forma de brazos que buscaban a la luna y las estrellas. A su lado, el murmullo del río se mezclaba con el rumor de la brisa que movía las hojas de los árboles en un coro inmortal de la naturaleza.
Sin darme cuenta empecé a caminar y me fui desplazando, dejando atrás el monte, hacia una Atalaya semiderruida, que, según cuenta la leyenda, sirvió de faro y referencia a los antiguos marineros que surcando los mares se acercaban a la costa para buscar el refugio de algún puerto. Las piedras de los muros tenían grabadas, entre el polvo, las leyendas de viajes y abordajes, que tantas veces había escuchado de los labios de mi abuelo mientras sacudía y montaba la pipa de tabaco, inconfundible, que siempre le acompañaba.

Una vez encendida, y mirando el humo, me desplazaba con su voz y la niebla del tabaco a un mundo infantil y encantador, a ese lugar donde los niños se hacen mayores y juegan a ser hombres a través de los sueños. Así recuperaba las figuras de aquellos marineros entre los que se encontraba mi padre, con cara juvenil e inocente y la de mi abuelo, con su mirada profunda, el rostro tostado por el sol, cubierto de arrugas, y aquellas manos, las manos que siempre admiré y rocé, tantas veces, curtidas y cubiertas de vida, que habían trabajado, sufrido y amado.
Desde la Atalaya se escuchaba el rumor del mar, con la resaca golpeando fuerte y rítmicamente en la costa cercana. El sonido parecía escapado de una imagen navideña y, con un poco de imaginación, incluso podía parecer que un villancico subía a mis oídos desde los labios del mar enfurecido, como queriendo, también, saludar a la vida y a los hombres.
Mis labios temblaban por el frío mientras te seguía esperando, en una "espera" larga, donde el silencio del campo y las cigarras se unían a la mudez del lago cercano y a ese reflejo de una luna de plata que se bañaba en las aguas para ocultar sus lágrimas.

Yo también me enjugué unas lágrimas porque la "espera" se me hacía eterna y, quizás adivinaba, que sería algo inútil, y solo un juego de palabras que me habías dicho para mantener la ilusión, en esta fecha, unos minutos más, quizás unas horas, y no hacerme ver la realidad que me rodeaba.
Bajé de la Atalaya aterido de frío y buscando un sitio y un lugar donde poder abrigarme y recuperar un poco el calor perdido. Pensaba en la cantidad de personas que no tendrían un techo y un hogar donde pasar la noche. Seguí pensando en aquellas caras con nombre, que tan bien conocí y conocía. Ojos inocentes que habían tenido la mala fortuna de tener y estar en un hogar roto por la desgracia familiar, por la tragedia, por la pobreza y, también, por la división del amor y un reparto inapropiado de papeles, en el teatro de la vida, como si aquellos niños fueran un intercambio de objetos sin corazón y sin alma, ante una sociedad hipócrita, enferma y decadente.
Pero estaba seguro de que los niños eran inocentes y su culpa no podría confundirse con la pobreza, ni con la inocencia y que para ellos también habría regalos y caricias, y calor de hogar en estas fechas.

Volví a pensar en mi abuelo, en mi padre. En ese mundo maravilloso que guardaba en los recuerdos y quise rescatarlo y traerlo a mi lado, en ese momento, en ese instante, para que la "espera" no se hiciera tan larga, para que pudiera ser una realidad y para que nadie se quedara sin recibir esas "migajas de amor" en esta noche mágica.
El frío intenso me hacía estremecer y los pensamientos surgían unos detrás de otros, como queriendo llegar y no perderse la entrega de aquella casita donde había tantos niños "esperando" en una reunión de caras sucias y alegres, de voces infantiles y luces multicolores, y en el fondo un Belén con unos personajes inconfundibles y aquel Niño, especial y diferente que tanta paz dejaba en su cara y en sus ojos y que invitaba a que todos siguiéramos a su lado en ese momento y a que no quisiéramos dejar de ser niños a pesar de las promesas y las palabras de los mayores.

Por un instante la niebla me dejó ver a mi abuelo que seguía hablando y narrando sus leyendas inmortales, de playas y ballenas, de cormoranes y gaviotas, de islas abandonadas y de corales con una belleza indescriptible y que, tal vez, él, no había visto nunca.
Y pude distinguir la mesa puesta a través de la ventana de la casita. Una mesa con muchos comestibles y con turrones y pasteles, con velas encendidas, con globos de colores, con un mundo de risas y alegría y donde el llanto quedaba arrinconado y a los pies de otro Niño, que estaba en una cuna dorada.

"Te lo contaré esta noche, dijiste..."

Y me quedé esperando a tu historia incompleta, inconclusa y nunca comenzada, ya que tus ojos, tan alegres y llenos de vida, se apagaron en aquella Noche singular mientras los cencerros de las vacas seguían enmudecidos ante la luz de un cometa que pasaba por el cielo.
Alguien cruzó a mi lado y sentí un roce en mis piernas que me hizo estremecer. Me agaché y pude sentir las caricias de un gatito que haciendo acto de presencia quería decirme algo para animarme, para que no abandonara, para que siguiera buscando el pulso a las estrellas y esa voz, tu voz amada, y "sin palabras", que en la noche, y con tanta magia, cantaba a la Navidad desde el cielo tan lejano

Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/20...

LICIA. Hermana mía, por María J. Muñoz

 


"Impresionante la reflexión que nos regalas, Luján. Te has subido a la cima, como el águila, para desentrañar el alma humana. Tu visión objetiva de los sueños, de la vida, del amor y de la felicidad nos sorprende por su claridad sencilla y rotunda. El hombre acosado por el juego inefable de la vida, se refugia en la libertad de la imaginación para soñar y liberarse del presente, pensando en un futuro. Al mismo tiempo el amor sana y llena el alma de paz, la impulsa y la renueva. No obstante,la verdadera felicidad está en la misma entraña del hombre, que va traduciendo en palabras los mensajes del destino y controlando ese equilibrio interior,que le marca la conciencia.


Te felicito por la acertada y clara disección, que hiciste, de cada elemento por si mismo y a la vez relacionado con los demás. El hombre es un ser simple, aunque a veces se empeñe en lo contrario.La vida le muestra herramientas suficientes para hacerle frente y ser feliz.
Mi abrazo y feliz semana, amiga."

(click en el enlace) Hoy y mañana gratis en amazon.

Gracias querida María Jesús Muñoz, una amiga de muchos años de recorrer caminos. Tus mensajes son antológicos, para guardarlos en el arcón del tiempo, en un álbum de recuerdos.

Besos y abrazos.


Premio Clarín de novela 2020 para Ignacio Arabehety

 


Premio Clarín de novela 2020
"Es el paraíso perdido de todos" definió el escritor Martín Kohan, uno de los tres integrantes del gran Jurado de Honor que consagró en la noche del miércoles a Ignacio Arabehety por Asomados a un pozo.
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Una novela de escritura clásica.
Felicitaciones al ganador.

En tu propio cielo

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Así te veo en el cielo, papá.
Estarás labrando el campo como tanto te gustaba,
amando esa libertad
de trinos, de olor a menta.

Hace seis años partiste para dejarme
un vacío que grita silencios en cada rincón:
ya no suena tu radio,
ya no escucho tus pasos...

Papá
sé que me quisiste a tu manera
pero tantas cosas bonitas nos perdimos los dos...

Gracias 
por tu ejemplo de vida.

Hasta siempre!!!



Luján Fraix

💓

-------------------Por el momento no puedo responder mensajes. Besos.

¿Por qué los argentinos arman el árbol de Navidad el 8 de diciembre?



Muchos de los que arman el arbolito no saben por qué lo hacen, ni qué significa, pero cumplen con esa tradición todos los 8 de diciembre.
Otros relacionan el árbol con la leyenda de Papá Noel, el lugar donde el personaje deja sus regalos.

¿Cuál es el verdadero significado del pino de Navidad?


Para conocer sus orígenes en nuestro país (Argentina) tenemos que remontarnos a 200 años atrás, pero la tradición en el mundo comienza antes y hay varias leyendas al respecto.

En una noche de Navidad, los germanos se disponían a sacrificar a un niño (triste realmente) debajo de un árbol y Bonifacio se llenó de furia, cortó el tronco y de sus raíces surgió un pino y él lo interpretó como una señal de fe cristiana. De ese modo, salvó al niño y esto produjo una conversión masiva.


Fue en el siglo XVI que se empezaron a colocar árboles de Navidad
dentro de los hogares.



La tradición pasó a Gran Bretaña, luego a Estados Unidos
y de allí llegó a América Latina.
En Argentina, el primer arbolito se armó en 1807
y lo hizo un Irlandés.
Este hombre, recordando la costumbre de su país,
decoró un pino en una plaza.

***

Además es el día de la Virgen
Inmaculada Concepción.



Quise ilustrar esta entrada con algo de color porque en Argentina estamos en verano;
aunque las postales de nieve son maravillosas
e idílicas y nos llevan a un mundo
soñado para nosotros lo que vivimos en el Hemisferio Sur.

***


No se parece a Suri?
Es bella...

*****

Diario "Hoy Canelones", de Uruguay

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Hoy recibí desde Uruguay estos bellos libros que me envía el querido y talentoso escritor Gerardo Molina con las publicaciones de mis cuentos y la reseña de mi novela "Buenas y Santas..." en el diario "Hoy Canelones".
Gracias querido amigo por tu generosidad; voy a tener mucho para leer y aprender. Sabes que me encantan los libros en papel. Cada uno con una dedicatoria preciosa que valoro mucho, son un tesoro para mí.
Un abrazo grande.