Enero 2023

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COM

 

Hola a todos.
Me adelanto un poco porque acá en Argentina son las 18 horas, después no voy a tener tiempo. No es que tenga tantos festejos, no soy de festejos... pero igual está bueno detenerse a pensar en lo bueno de este año, en lo positivo, y en lo que vendrá.

Levantar la copa para brindar por la vida y la salud que es lo más importante, la paz interior y la otra... por la armonía y la paciencia, por el perdón. Y por la perseverancia porque voy a seguir andando caminos literarios hasta el fin de mi vida: es una misión que "alguien" me dio como herramienta para poder sobrevivir frente a los dolores de la existencia humana, frente a la incertidumbre, a los desgarros del alma, a no saber qué será mañana...

Es por eso y por tantas cosas que estoy aquí, de pie, como mi madre hubiera querido para seguir tejiendo historias. Ella sabía, ella amaba cada palabra. Ella está con sus claros mensajes.

Quiero agradecer a todas las personas que compraron mis libros este año. En especial, a España, Estados Unidos, Italia, Alemania, India, México, Japón, Reino Unido... Es increíble cómo otra gente, que no me conoce y , a la distancia, me elige entre tantos y tantos libros. En mi país apenas me leen, pocos, muy pocos. Es que se fijan que los autores publiquen con editoriales grandes. 

En otros países piensan diferente y es por eso que me emociono y con cada libro, especialmente en papel, siento que me quedo, que la palabra escrita es eterna y que puedo volver, cuando pasen muchos años, a soñar un poco cuando alguien pregunte: 

¿QUIÉN ERA?

Alguien que amaba con el alma la escritura, que era su vida entera, y que jamás especulaba; alguien que vivía para escribir, que compraba un cuaderno grande los 1 de enero para empezar una novela (porque escribo en papeles), alguien que entregaba todo a cambio de nada.

Gracias por estar este año 2022, los espero en el 2023 para seguir recorriendo juntos este sendero claro de sentimientos encontrados y auténticos, con la firme convicción de que se necesita de las emociones para ser mejores, para tener momentos plenos, para soñar con un mundo nuevo: con empatía y amor.

Les cuento que a mí la empatía me mata, me hace mal, a pesar de que es una virtud. Lo mío es de psicólogo porque esta noche, por ejemplo, me detengo a pensar en las personas que sufren, que han perdido a sus seres queridos, en los que no tienen para comer, en aquellos que están solos... Y no disfruto. Pero, bueno, soy así desde siempre.
Millones de gracias amores por quererme un poco, por acompañarme este año y por leer mis libros. Gracias, gracias, gracias... Les deseo toda la felicidad.
Los quiero.
Abrazos.

"El viejo poeta"---(Cuentos de Navidad II)

 


EL VIEJO POETA
¡Forjadores de espadas
aquí está la palabra!
Juan R. Jiménez


No le importaba la fecha. Todos los días iba a aquel bar.
Las mesas redondas dejaban espacio a los libros que allí también se vendían.
“La bohemia” era un reducto de almas que susurraban, desde sus páginas, palabras ininteligibles.
La niebla incorpórea e imaginaria olía a café y a sabiduría, a un universo diferente y sanador. El hombre, cautivo, miraba pasar el tiempo con los ojos ambarinos y solemnes. Estaba solo y no entendía…
¿Dónde se hallaban los lectores?
¿Y los estudiantes de fin de curso?
¿Y las presentaciones?
−Hoy cerramos más temprano –le dijeron.
−¿Por qué?
−Es Nochebuena.
−¿Nochebuena?
El poeta recordaba la luz de sus momentos como trinos de sus propios versos:
El café dulce de los encuentros,
el naranjal maduro de la infancia,
el primer poema de fin de ciclo,
los pueriles veintiuno de septiembre…
Minúsculos resultaban los días que se desdibujaban con pentagramas en la prisión lírica de sus ideas.
Para el viejo poeta no existían las vacaciones, ni las playas paradisíacas, ni sentarse bajo un árbol a mirar pasar la vida.
Su VIDA era el bar, los libros, aquellos lectores que lo mimaban; le gustaba dejar sus versos, en invierno, dentro de los sobretodos que estaban colgados en los percheros. Dicen… que así lo hacía Borges en sus comienzos.
El negocio cerró sus puertas y persianas y apagó los faroles.
El poeta se acurrucó, un rato antes, detrás de la estantería donde se hallaba toda la colección de Jorge Luis. Se sentó en el piso, buscó en su bolsillo una linterna y comenzó a leer. Tenía unos chocolates a su costado.
La fiesta comenzaba…
---------------------Cuentos de NAVIDAD

Cuentos de Navidad, por Cristina Suárez (España)

 


Gracias una vez más Cristina Suárez por leer mis "Cuentos de Navidad 2022". Tus reseñas ya las conocemos, son brillantes y enriquecedoras y aportan mucho a todos los autores.
Siempre entre tantas opciones eliges mis libros y para mí es un honor.
Feliz 2023.
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Cuentos para leer despacio.
“Cuentos de Navidad” de Luján Fraix es una colección de relatos relacionados con las fechas navideñas. Ella escribe muy bien, ya sean cuentos o novelas. Pone mucho sentimiento en sus letras. De nuevo nos ofrece una serie de relatos breves que escribió durante todo el año 2022, según nos indica en el prólogo.
Algunos de sus relatos son experiencias vividas por la autora o por conocidos. Otros son productos de su imaginación. Algunos son felices, otros están llenos de melancolía, pero todos son especiales. No sabría decir cuál me ha gustado más, aunque si tuviera que elegir uno creo que me quedaría con “En blanco y negro”.
Ya el año pasado tuve la oportunidad de leer otros “Cuentos de Navidad” de la autora, creo que eran unos cuantos menos, pero también muy emotivos. En los que ha publicado recientemente hay más relatos, cortitos, pero muy bonitos.
El escritor uruguayo Gerardo Molina invita todos los años a la autora a participar en su página del diario “Hoy Canelones” con un cuento de Navidad, pero ella escribe más de uno y los reúne en un pequeño libro. ¡Menos mal!, no me gustaría que sus cuentos quedaran en el fondo de un cajón.
Merece la pena leerlos y releerlos, para poder extraer todos los matices. Me han gustado mucho-
Y otra cosa que me ha llamado la atención es el mensaje que la autora nos escribe al final del prólogo: “¡Vive tu propia Navidad! No aquella que les gusta a los demás, vive la tuya, la propia, la auténtica.” Y tiene toda la razón.

Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única. Jorge L. Borges

 



"Aún tenía aquel libro con las cartas entre sus páginas.
Pensó vagamente, antes de dormirse, que el amor puede nacer de la casualidad, de una equivocación o de una burla, de un desencuentro o de un encuentro furtivo, intenso e irrepetible; que la vida es sólo un viaje interminable hacia la felicidad perdida, el intento de evadirse de la ira de los dioses, de la muerte y del tiempo, y que el mundo es como el despertar de un sueño desconcertante y prodigioso."

H.Tizón.



Los gatos del campanario.

No te duermas...















Mis cuentos de Navidad publicados en el diario "Hoy Canelones" de Uruguay

 


Una vez más, como todos los años, el profesor, escritor y poeta Gerardo Molina de Uruguay publica en su página del diario "Hoy Canelones" mis cuentos de Navidad. Esta vez van acompañados de un poema suyo.
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Gracias por tanto querido amigo. Ya no sé cómo agradecer la gentileza que siempre tienes conmigo y con mis escritos. Es un gran honor y un estímulo enorme para mí.
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Comparto esta publicación antes de Las Fiestas" y les deseo lo mejor a todos.
Feliz Navidad querido profesor.
Feliz Navidad para todos los que somos parte de esta comunidad: amigos a la distancia, compañeros de letras, soñadores...



¡Acá está el nacimiento!--Cuentos de Navidad II

 


Entre las ropas humildes y el atado de sueños…
¿Qué retazo de campo te trajiste de tu tierra?
Eras como la nieve de los valles pueblerinos, blando como tu alma pero fuerte y bravío. Llevabas los bosques natales en tu valija cargada de castaños y de viejos nogales.
¿Cuántas lágrimas y cuántas lunas traías en el cuenco de tus manos?
¿Qué fuego del estío y qué dramáticos inviernos te tallaron la piel y forjaron tus anhelos de volar hacia otro cielo en medio de los montes y del viento intempestivo?
Contabas las medianoches con el silencio de hermano cuando la guerra golpeaba a las puertas de otros.
El hacha del frío te pulió la sangre cuando eras muy joven para arremeter contra el viento y subir a aquel barco teñido de frutas bermejas.
¿Qué tristezas ancestrales te llenaban de cruces la espalda desabrigada?
Naufragaste en la tierra natal para convertirte en maestro.
Y llegaste un día a pisar este suelo.
Las calles polvorientas de un Buenos Aires enhiesto.
Las plazas verdes, los perros vagabundos y los alborotados conventillos.
Cruzaste las cantinas, las praderas, el campo abierto, sin colinas.
Un cementerio desconocido…
Te imaginé detrás de la planta de ciruelos mirando el horizonte, y en una jornada mañanera junto al fogón de la bisabuela.
Yo no conocí tu valle ni caminé por tus sombras, tampoco crucé el umbral de tu casa simple con las puertas abiertas al corazón de la montaña.
Imaginé las escaleras, tus sillas, los faroles, tus rincones acurrucados frente a los nombres queridos de otros abuelos ya olvidados, que llegaban de las campiñas con sus voces de madre-niña.
Eras un joven campesino con miedos, sin propósitos y sin destino.
Con tus metas cercanas latiendo cada día, recolectabas la siembra después de la misa.
Sabías el misterio del surco, el rigor del invierno y la bruma de verano, con frío, con pena, con una ilusión tardía.
Llevabas la fatiga en el rostro y la alegría del labriego en el corazón forastero de quien es tormenta, mar sin olas, vocación de arado…
−¡Es Navidad! –te gritaban.
−¡No importa! ¡Acá está el nacimiento!
.
.
Cuando partiste, el adiós te suavizó la cara y tu cansancio trajo la paz a ese corazón agotado de tanto contar estrellas detrás de los corrales.
¿Volverás a los valles a recoger ovejas o a encender el fuego en el hogar de madera?

La pobre capilla aún te espera para oír tus oraciones, lenta y calladamente. Allí un Dios peregrino bendecirá tu andar silente, tus pasos de viajero, con tu camisa de lienzo y el pañuelo de paisano poblado de caminos.
Seguramente, mirarás el establo, los nogales y huerto.
−¡Es Navidad!
Andante caballero europeo de las pampas argentinas, hidalgo del caballo, gaucho jazminero, trabajador incansable, obrero… orgullo de su familia…
−¡Acá está el nacimiento!

*


Gritos en la noche, gritos en el silencio...

 





Manuela, la protagonista, una mujer que no pudo crecer

 a pesar de haber formado una familia.

 

¿Por qué será que las verdades más elementales resultan las más difíciles de comprender?¿El exceso de razón debilita...?

 

Ella tenía la sensación de que su cuerpo era completamente vacío

 y que de él emanaba un aire helado como el que sale de las grutas. 

Los miedos la declaraban incapaz de entendimiento y voluntad.

Por ese camino llevó a sus hijas.

 

¿La capacidad de dar vida te transforma en omnipotente?

 

El amor adulto es sereno y acompaña a cambiar las cosas equivocadas por las justas.

Manuela acumulaba cenizas y guardaba todos sus miedos para después

 cuando la conciencia la viera deshojando sus furias.

Las hijas se fueron en busca del amor con la orfandad dibujando brújulas

 y barriletes: solas, olvidadas... prófugas.

 

El miedo es ese pequeño cuarto oscuro donde los negativos son revelados.


Michael Pritchard


El silencioso GRITO de Manuela


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Catedrales, de Claudia Piñeiro

 


"La verdad que se nos niega duele hasta el último día"

Hace treinta años, en un terreno baldío de un barrio tranquilo, apareció descuartizado y quemado el cadáver de una adolescente. La investigación se cerró sin culpables y su familia-de clase media educada, formal y católica- se fue resquebrajando. Pero, pasado ese largo tiempo, la verdad oculta saldrá a la luz gracias al persistente amor del padre de la víctima.

Esa verdad mostrará con crudeza lo que se esconde detrás de las apariencias; la crueldad a la que pueden llevar la obediencia y el fanatismo religioso; la complicidad de los temerosos y la indiferencia, y también, la soledad de quienes se animan a seguir su propio camino, ignorando mandatos hereditarios.

Como en Las viudas de los jueves, en Elena sabe y en Una suerte pequeña, Claudia Piñeiro ahonda con maestría en los lazos familiares, en los prejuicios sociales y en las ideologías e instituciones que marcan los mundos privados, y nos entrega una novela conmovedora y valiente.

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"Catedrales" es una novela impresionante. Nos muestra hasta dónde es capaz de llegar el ser humano para ocultar una verdad cuando el fanatismo, en este caso religioso, lo obliga desde sus mandatos a realizar actos impropios.

El fanatismo más allá de los conceptos morales, de los sentimientos y la humanidad, es algo totalmente nocivo que convierte a ciertas personas en desconocidas.

Una novela cruda pero real, y un padre que lucha por sacar a la luz la verdad que transformó todas esas vidas.

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Catedrales, de Claudia Piñeiro


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Mujercitas, de Louisa M. Alcott

 



Tierna y delicada, sencilla en su estilo, ampliamente difundida por el prestigio y la popularidad que ha conquistado, Mujercitas es una novela de múltiples facetas. En considerable medida, evoca vivencias de su propia autora Louisa M. Alcott, en el seno de su hogar y en el contexto de un país afectados por la división y por las privaciones.

Sin embargo, sabe sobrepasar lo meramente personal y circunstancial para mostrarnos un acertado y amplio enfoque del alma humana, en especial del alma femenina, y para proponernos a través de sus personajes, un cuadro de valores que nutre el espíritu de sus lectores y les entrega un derrotero de significativas orientaciones para su vida.

De esta suerte, combina muy equilibradamente tres ingredientes que explican su éxito: tiene la calidez de lo experimentado, le da una adecuada elaboración mediante el aporte de la fantasía y de las técnicas narrativas, logra una amplia comunicación-de alcances universales-con sus receptores al sentirse identificados y comprometidos ellos mismos en el mundo que la ficción pone ante sus ojos.

La obra consta de veintiún capítulos de cierta extensión. 

La acción se desarrolla en torno a la familia March, que sufre la ausencia del padre-quien está en la guerra-y que vive una situación económica aflictiva, fruto del noble corazón del señor March, quien brindó ayuda a un amigo en necesidad desesperada.


En medio de tan duras condiciones, se aprestan para celebrar con sencillez La Navidad. Después de la cena tradicional, la madre lee a sus cuatro hijas una carta del padre, que las llena de optimismo, reanimándolas a estudiar y a trabajar mucho.

Esta novela constituye una exaltación de la vida familiar y de los valores en que se sustenta su solidez.

Hay un claro contrapunto entre las dificultades exteriores y la riqueza interior del núcleo familiar de los March. Viven, puertas adentro, soportando la ausencia del padre y las estrecheces económicas, el impacto de los problemas de un país en guerra. Sin embargo, la unión de afectos y la transparencia de sus virtudes los mantienen como un grupo armónico, feliz en medio de la sencillez de sus costumbres, orientado por los criterios de una sana educación, confiado en la búsqueda de un mañana mejor.


Louisa M. Alcott (1832-1888)

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Nació el 29 de noviembre de 1832 en Görmantown, Pensilvania, Estados Unidos, y pasó la mayor parte de su infancia en otras ciudades del noroeste de su país, como Boston y Concord.

Recibió fuerte influencia familiar. Su padre, Amos Bronson Alcott, era un pedagogo innovador, quien manejaba su hogar como una verdadera escuela. Allí, y no en un establecimiento educacional formal, hizo Louisa su aprendizaje básico, principalmente el la biblioteca hogareña. El ejemplo de su padre la llevó a ser ella misma educadora. Por su parte, la madre le hacía escribir desde su más tempranos años su diario de vida, lo que la inició en el ejercicio de su segunda vocación: la literatura.

Como los ingresos familiares eran modestos, Louisa debió trabajar para contribuir a una más estable situación del hogar. Fue enfermera en los hospitales de campaña durante la Guerra de Secesión (1862-1865). Sirvió a su país participando en el movimiento de reforma social y en campañas en favor del sufragio femenino.

Falleció el 6 de marzo de 1888 (dos días después que su padre) en Boston.

Obras:

*Esbozos de un hospital. 
*Caprichos (1864)
*Mujercitas (1868-1869)
*Una chica a la antigua (1870)
*Hombrecitos (1871)
*La maleta de los recuerdos de la tía Jo (seis volúmenes-1872-1882)
*Los hombrecitos de Jo (1886), y otras obras de ficción.