Aluen (luz de luna)
💞ALUEN-la novela plagiada en Amazon en su totalidad-ha cambiado de portada. Decidí darle la original, la que tenía allá por el 2021 porque muestra la realidad de un niño solo, perdido... La esencia de la historia, su encrucijada, la búsqueda, el vacío...
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-LA COLONIZACIÓN DE LA PATAGONIA ARGENTINA-
-LOS INDIOS TEHUELCHES-
Licia. Hermana mía
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La última mujer. 1912. Un naufragio. El baúl de perlas.
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Miedo a la libertad...
Miedo a crecer, miedo a sufrir,
miedo a la libertad...
El perfume de tu presencia
*Perfume creado en 1892 por Roger et Gallet. |
Alguien forcejeó en la puerta de
comunicación de la sala con el cuarto inmediato; se desprendió bruscamente el
pasador y cayó al suelo con un gran estrépito, la puerta se abrió y apareció
Eduardo du Champ que se iba a trillar las parvas de lino. Había estado
discutiendo con su hijo, se hallaba muy enojado.
Juana, su esposa, se quedó sola;
escuchó un ruido y se asustó. Miró pero no vio nada entonces subió al altillo y
espió por una turbia ventanilla. El mutismo la enloqueció más. No había gente a
su alrededor. No estaba el comprador de lana ni el vendedor de ropa ni los
peones.
¿Era el alma de la abuela Melanie
que la atormentaba por haber sido siempre tan indiferente?
Juana parecía un ánima envuelta en
un cuerpo ajeno. Sentía el perfume de la abuela a la hora de cenar y escuchaba
sus palabras. ¿Juana se estaba volviendo loca? Como no tenía otra alternativa
hizo entrar al comedor a todos los perros: ovejeros, uno mezcla de dogo y
lebrel y algunos chiquitos. La gata Lola dormía entre los guardianes sobre un
almohadón de plumas.
Era obvio que las alucinaciones
eran fruto de sus temores. Cuando Eduardo regresó vio a los perros en el
comedor. Ella huyó a su cuarto; él quiso enojarse pero percibió el Vera Violetta* y quedó paralizado por la
emoción…
L.Fraix
¡Vive tu propia Navidad!
Azul de lluvia. Cuentos para niños mágicos.
NO SE VE BIEN SINO CON EL CORAZÓN...
Caminando
entre los girasoles, Rosina alcanza a ver un hombrecito raro de mechones rubios
y frente pálida que la mira con admiración.
‒¿De
dónde vienes?‒le pregunta extrañada por esa aparición tan irreal como mágica‒.
¿Dónde vas?
‒Derecho,
siempre delante de uno, no se puede ir muy lejos. Busco un amigo. Tú eres
demasiado perfecta, pareces una reina.
‒Soy
una aldeana que vivo en una casa de ladrillos rojos con geranios en las
ventanas y palomas en el techo.
‒¡Qué
hermosa eres! Has nacido al mismo tiempo que el sol y tienes en tus manos la
sabia libertad de la alborada pero eres reina y tu mundo esta simplificado;
todas las mujeres y los hombres son tus súbditos.
‒¡No! ‒contesta
Rosina‒. Soy una chica humilde que ama la naturaleza y que posee la luna con
solo mirarla porque conoce el poder de lo profundo y la bendición de ser útil a
la grandiosa sencillez de las cosas vitales.
El
hombrecito se sienta sobre una piedra y levanta los ojos hacia el cielo.
‒Eres
demasiado inteligente, te mereces tu carroza y todos los brillos que da el
poderoso sobre el débil.
‒La
felicidad no tiene precio, he aquí mi secreto. Es simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos ‒dice
Rosina convencida y algo enojada por las exigencias del desconocido.
‒¡Hablas
con mis palabras! ‒responde El Principito asombrado
ante el rostro de Rosina que se encuentra emocionado hasta las lágrimas.
‒¡Lo
importante es invisible, comprendes!‒vuelve a gritar la muchacha campesina
mientras el personaje de cuentos desaparece entre los girasoles y repite a los
lejos entre sus murmullos:
‒Igual
serás soberana de la aldea y elegirás tu destino y tu vocación de acuerdo a las
ideas y las metas; el amor será el principio del auténtico camino. ¡Tú tendrás
estrellas como nadie las ha tenido!
~
el afecto de los seres queridos…
Lo que no se ve es lo que más vale.
Los días semejantes. Por los caminos de agua...
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El silencioso grito de Manuela
"Quien no cree en milagros no es realista" David Ben Gurion
Mujeres… las
de mi familia: bendecidas, santas, libres, buenas… Las que abren senderos en la
oscuridad y sienten alegría, impotencia y pesar frente al maltrato, la
injusticia y la desvalorización.
Mujeres… de noches
serenas que arrullan ilusiones y que duermen a su niño, que piensan, opinan,
escriben, cuidan cada detalle, sienten esperanza en la derrota.
Mujeres… que
luchan día a día frente a los vacíos, al maltrato, a los encuentros furtivos y
a la falta de caricias.
Mujeres… como
tantas, como todas… Llenas de miedo pero valientes, románticas pero terrenales,
seductoras, inteligentes: la casada, la soltera, la niña, la grande…
Mujeres… con
virtudes hoy y siempre. De cofia antigua que cuidan sus malvones, que viven de
recuerdos cuando los minutos caminan de prisa mientras otras incansables
habitan en la penumbra y en los soles de un presente complicado y realista
Mujeres… con
convicciones que saben dónde van, de raíz y de cielo, de cumbres por escalar.
¡Maestras!
A ellas: Francisca, Melanie, Juana y Nydia.
💜💖💕💖
------------Fragmento de "Hija única. Libro de recuerdos"
Criaturas de Dios
El
cielo raso del cuarto estaba carcomido por los roedores que, dejando entrever
sus naricillas horribles, mordisqueaban los costados y producían confusos
sonidos.
El
tren silbaba a lo lejos…
En
la iglesia “Virgen de las Rocas”, el padre Hilario de Alcalá caminaba
lentamente con la ambigüedad propia del desamparado. Su cabeza iba a estallarle
en cualquier momento ante las sílabas que sólo él podía emitir en la vastedad
del recinto.
Recordaba
a su ayudante Ludovico Sánchez que se fue de su lado hacía muchos años.
--Ingrato…--murmuró.
Ardiente
de presencias, pensó que ya era la hora de dar la misa. Se puso de pie, canoso
y abandonado; esperaba el momento de perderse entre las sombras igual que una
divinidad y poder entonces participar de la luz de las inteligencias
superiores, pero se encontraba en la celda de su monasterio atrapado como una criatura feroz.
Se
paró delante del altar de piedra.
--“Beati
mortui, qui in domino moriuntur; opera enim illorum sequuntur illos”*--dijo.
Nadie
respondió; existía un silencio sepulcral frente a las tres naves sostenidas por
grandes pilares de ladrillo vinculados por arcos que sostenían el techo de tejas
y madera labrada. Estaban en pésimas condiciones: la imagen de Nuestra Señora
de los Milagros; un crucifijo de lapacho policromado y plata (siglo XVIII) y el
retrato de Sor María de la Paz y Figueroa “Beata de los ejercicios” realizada
por el pintor José Salas.
Tras
la ventanita, el océano pobre de sonidos le demostraba que no era más que un
río maloliente y turbio.
Sonaron
las campanas…
--¡Padre
nuestro que estás en los cielos…!--predicó el padre Hilario de Alcalá con voz
enérgica.
Más
tarde, el clérigo tomó su bastón y se fue hacia su cuarto pues se sentía
cansado aun en las horas litúrgicas; situación que le demostraba que ya estaba
acabado al igual que un hombre sin esperanzas frente a la mirada de la muerte.
Afuera
entre los jardines y los perfumes las avenidas estaban casi desiertas.
Caminitos de asfalto y escalinatas interminables descendían hasta el agua donde
se encontraban los muelles que esperaban alguna embarcación que llegara de las
islas. El sol plateaba la superficie mientras que de vez en cuando un Martín
Pescador atrapaba una mojarrita. El pueblo “La Trinidad” miraba absorto; entre
el temor a lo desconocido y el último ruego sólo le quedaba un susurro: el
gemido del padre Hilario de Alcalá.
--¡Ludovico…cuando
bajes a la cripta de la iglesia donde guardo un tesoro, verás relicarios valiosísimos
que te obsequiaré! ¡Regresa…! --exclamaba el religioso en su desvarío.
Él
era uno de los habitantes más viejos del lugar. Creció esperando un llamado: la
palabra del Señor. De allí en más adoptó su voz, fervientemente devoto y mago
en el difícil arte de sosegar almas.
Así
pasaba los años acosado por el miedo de morir de súbito. Raras ideas se
agolpaban en su memoria cuando caminaba por las calles en las tardes de estío
con sus manos desplomadas a los lados de su cuerpo anguloso.
--¡Qué
Dios los guíe! --decía al pasar pero nadie respondía. El párroco resistía y
luchaba con héroes ficticios, mientras flotaba en las sedas de su paraíso
prometido.
El
cielo raso seguía rompiéndose con el sonido de un tiempo tan bizarro como
pusilánime. La sangre hervía en la iglesia “Virgen de las Rocas” que no
alcanzaba a percibir la soledad que alborotaba su sosiego.
Las
campanas todavía se escuchaban…
Hilario
de Alcalá asomó su rostro por la ventana del templo y se refugió en el mutismo,
como una fiera dio tumbos en las habitaciones, puso de escudo la oración y se
encargó de esculpir cruces en su propio hastío para no fenecer de hambre ante
la ausencia.
Vinieron
largos inviernos que trajeron consigo el peso de los vientos y azotaron árboles
y callejuelas. Los huertos guardaron sus cercos sin lumbre tras la bocanada.
Las puertas de aquellas casonas rezongaron cansadas después de la tormenta y
quedaron vacías de sueños cuando el frío cubrió los rincones. Murmuraron
duendes en los umbrales y se unieron las almas de los enamorados. La atmósfera
invadió la congoja como los roedores al cielo raso, todo se hundió en aquel
fango indescriptible que sólo conocieron los que vivieron la experiencia de
algún deterioro parecido.
El
padre Hilario de Alcalá continuó en pie.
--Un
día tranquilo en el cielo y gris en la tierra --dijo sentado en la cama con la
sotana desgarrada, rodeado de un batallón de harapos.
Cuando
rezaba frente a la cruz pedía clemencia, paz para su espíritu, mensajes… Su
terquedad dibujaba siluetas en torno a su figura entumecida mientras las
telarañas unían con los hilos todos los muebles petrificados. Las estampas de
santos vertían sus dones sobre sus mejillas cuando lo dominaba el sueño.
Algunos
monjes se paseaban meditando, él quería tocarlos para darles la bendición pero
desaparecían al instante.
--¡Para
la comunidad cristiana, son los otros los que están fuera del rebaño!--volvió a
gritar.
La realidad le mostraba su enmarado círculo, tan patriota como devastado. El suelo histórico conocedor de las almas, las calles, la plaza… y el cielo raso todo roído le decían al padre Hilario de Alcalá que hacía diez años que no existía una vida a su alrededor.
--¡Ludovico!
Salió
corriendo como un niño y se perdió en el horizonte.
*”Benditos
los muertos que en el Señor murieron; pues le sobrevivirán sus obras.”
La trama del adiós
Posicionado en el top 100 del Premio Literario de Amazon 2017
La Novia nos adentra en una historia familiar con personajes bien construidos que llevan su propio peso dentro del clan y la sociedad.
Creencias, intereses, pasados,rencores, intereses, mentiras... todo esto se destapa con crudeza cuando un hecho luctuoso sacude los cimientos de esta familia. Pero, ¿quien es esa mujer vestida de novia?...
Fraix desarrolla esta novela con lenguaje cercano y nos sitúa en un escenario cotidiano donde los personajes cargan su propio infierno.
El estilo de esta novela es cercano al teatral por la presentación de escenas y diálogos, lo cual agiliza la trama pues sitúa directamente en el foco de la escena. Es el sello personal de la autora.
En mi opinión, entretenida y bien escrita.
El protagonista de la novela se mueve en una ambivalencia que le atormenta, y es porque vive entre
personajes con valores muy dispares. Y él es consciente de lo bueno y lo malo que le rodea.
Muy bien narrada; la autora maneja con maestría la descripción de los personajes.
Leeré más escritos por Luján