Tertulias de la abuela: familia



El té de este martes lo tomaré con ustedes
en familia
porque son parte de mi mundo
con quienes comparto muchas horas de mi vida.


Tenemos la taza de té Isabelina
de porcelana alemana de mi abuela Rosa
a quien no conocí...
Ella fue una mujer de mucho temple,
vivía en una granja
rodeada de animales, frutas,
malvones y ovejas...


...tenemos La Biblia de la tía Enriqueta de 1945
y el libro de oraciones de mi abuelo
Eduardo de 1912


Yo soy muy nostálgica
y me gusta tener estos recuerdos 
de mi familia presentes siempre...
El retrato de mis padres
Nydia y Alberto.


... como testimonio de un presente cercano
que se escapa entre susurros de palomas,
rosas, té de la tarde 
y viajes al campo.


La carpeta tejida al crochet
me la regaló mi prima Celina.


Y entre rosas rosa,
la preferidas de mi madre,
encontramos su tetera,
la de su casamiento.
La que ella amaba y con quien solía
invitar a su ahijado
en el día de su cumpleaños.
Ellos ya no están,
sí mi padre que tiene 90 años.


La vida sigue...


Las letras dibujan las imágenes
en suaves pinceladas viajeras.
Ellos están presentes
porque un viento huracanado
de estrellas,
trae las palabras 
junto a mí
en los versos,
en los relatos, 
bajo ese cielo,
en las tardes compartidas
y en el infinito,
dando vida a los personajes de cuentos.
Incansables, generosos, sinceros...

Gracias
por enseñarme a caminar sola,
por el ejemplo de amor...
Algún adiós
me dejó mensajes;
jamás podré olvidar las voces
que se tornan perpetuas
como ecos...
y curan las heridas,
palpitan,
reviven 
y abrazan...

Luján 2012