"La cocinera de Frida", de Florencia Etcheves
"Como agua para chocolate, de Laura Esquivel
"Puerto soledad", de Luján Fraix
"La tierra tembló y las rocas chocaron unas contra otras. Los sepulcros se abrieron y muchos cuerpos resucitaron de sus cenizas. En el Atlántico Sur, las almas se encontraron para llorar abrazadas.
El soldado protagonista de la guerra tuvo que soportar la barbarie como una patología que le laceraba el corazón y el cuerpo. Se encontraba extraviado sin que nadie se diera cuenta hasta dónde llegaban sus heridas, porque la angustia era interna y llevaba su cruz muy secretamente hasta la entrega. Nunca pudo disipar los enigmas por estar entre el cielo y el tormento. Britania fue, desde mucho antes de conocerla, el bálsamo; sin ella volvió a caer igual que una marioneta a la que le cortan los hilos. Los años pasaron en la nebulosa donde la ficción formaba coloquios con personajes de yeso. A través del caos de un mundo psíquico gris, con la voluntad de atravesar ese transcurrir de los días, Emilio miró siempre su problema hasta que se le terminó la energía.
El tiempo arrasó las horas devoradas por el fuego de los cañones. Nada fue igual porque aparecieron tazas de café vacías, versos sin terminar en libros con polvo, miradas en andenes y ese viaje a estepas heladas. Emilio quiso inmortalizarse por eso soportó su silla de ruedas en aquellas tardes de ocasos frente al océano, resistió las quejas de su tía Roberta y el sometimiento de Laurentino. No intentó matarse porque sabía que tenía que llegar hasta el final de la guerra, hasta cuando se asfixiara y ya no pudiera respirar por el olor a pólvora.
"Violeta", de Isabel Allende
"Caí en el trance, no hay otra explicación para esa fuga del tiempo y del espacio. Es imposible describir la experiencia de esfumarse en el vacío negro del universo, sin el cordón umbilical que nos une a la vida. Nada quedaba, ni presente, ni pasado, y al tiempo yo era parte de todo lo que existe. No puedo decir que era un viaje espiritual, porque también desapareció esa intuición que nos permite creer en el alma. Supongo que fue como morir, y que volveré a sentir eso cuando me llegue la hora del final. Regresé a la conciencia cuando cesó el sonido del tambor."
"Calculo que tendría unos ochenta años, pero es imposible que fuera más joven y estuviera desgastado por el sufrimiento...
...Ese duelo monumental no le dejó amargura, sino una infinita compasión por la debilidad humana"
Violeta, de Isabel Allende
"La hija del relojero", de Kate Morton
"Amaneció un día cálido y despejado. La calima de las primeras horas se disipó y al mediodía el cielo era azul intenso y el jardín relucía. Junto al río había una serie de manteles dispuestos a largo de un tramo de orilla con hierba que quedaba bajo dos sauces y las profesoras ya estaban ahí, disfrutando del día. Algunas habían traído grandes sombrillas blancas, mientras que otras llevaban pamelas, y en la sombra, a lo largo de los extremos donde estaba el grupo, colocaron las canastas de mimbre con el banquete del mediodía."
"En tan solo una tarde tuvo la impresión de que el mundo se había inclinado y todo se había caído del centro. Todos los adultos de su vida se habían estropeado, como esos relojes que empezaban a dar mal la hora."
"Hay una herida que nunca se cura en el corazón de una niña abandonada.
"La hija del relojero", de Kate Morton
"Lo mucho que te amé", de Eduardo Sacheri
"Odio los domingos a la noche. Desde chica. Aunque parezca imposible tienen una luz moribunda más triste que la de los otros días. Y no importan que sean de invierno o de verano. Puede que las del invierno sean peores, porque encima hace frío, y sí o sí al día siguiente hay escuela, o universidad o trabajo..."
"Ninguno de mis días estaba escrito en el día anterior, pero lo que me impacta es que, una vez vivido, cada día antecede y explica, y establece y justifica, y condiciona lo que sucederá después, con los días venideros."
Lo mucho que te amé, de Eduardo Sacheri
Por el camino de los Poetas -Viaje hacia el interior-
La Liberación
Yo creo que esta biografía novelada tiene mucho de atractivo porque las hermanas Brontë fueron y son inolvidables, no solamente por su talento sino también por sus vidas cortas, por al amor al arte y su entrega, por luchar en un mundo de hombres y en un lugar inhóspito donde todo se le presentaba trágico y en contra.
Gracias por tanto. Un abrazo a todos.
La Liberación. Hermanas Brontë
"Los soles de Santiago", de Viviana Rivero
Mi libro "Septiembre" en la Feria de "Las Rosas"-Argentina
Retratos literarios: Constance de Luca
Una penumbra más para mi abuela Juana
Acá mi abuela Juana conmigo en el día de mi bautismo. Tenía seis meses.