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jueves, 19 de abril de 2018

La abuela francesa



Mujeres Indomables que le ganaron al destino

Obras de Arthur Strachan


Melanie era la hija de Francisca y Juan José. Vinieron de Suiza aproximadamente en 1860.

Ellos soñaban con una tierra lejana de la que contaban mil relatos fantásticos... Aventureros del mar, desafiaron las leyes tras recibir algún mensaje divino y pudieron vencer.

Mi bisabuela, una indomable guerrera de la vida, se instaló en una vivienda con una parcela de ochenta hectáreas que las compañías inglesas les entregaban junto a los víveres y arados con bueyes y manceras ya que debían pagar aquel terreno con su faena.


Ella combatió con los indios que venían de todas partes a invadir el territorio para quitarles los cueros de ovejas y matar inocentes. Construyó fosas e hizo guardia de noche junto a su familia para defenderse de los ataques; al mismo tiempo cavó pozos y colocó cadenas que les anunciaban la llegada de los nativos.

Melanie se casó con su primer esposo y crió seis hijos. Cuando él falleció, ella continuó con los animales y los sembrados que atestiguaban toda la abnegación de una dama solitaria que salía al frente. Pagó sus tierras, compró más hectáreas y edificó una fábrica de queso con numerosos empleados.

La producción la vendía en la población vecina.


Conoció a François, mi bisabuelo, que venía de las guerras de Europa y le dio trabajo en su establecimiento.
Fue una de las primeras fundadoras de el pueblo de Carcarañá; donó dinero para la construcción del templo y los bancos de nuestra querida basílica "Nuestra Señora del Pilar", que llevaban su nombre en letras doradas, luego pasaron a ocupar la capilla del Colegio "Niño Jesús de Praga".


Melanie y François se casaron y tuvieron tres hijos ( uno de ellos, mi abuelo Eduardo), pero al tiempo, el francés murió con su opulento título de militar y su afán de contienda. Mi bisabuela, viuda dos veces, dio examen frente al Ser Supremo y partió en busca de la dicha perdida.

Viajaba constantemente a Francia ya que amaba la Nación de aquella viejecita de nívea mirada... Colette, madre de François. Con los años acrecentó su capital y se convirtió en una mujer de carácter bravío que fue un ejemplo de lucha para las generaciones futuras.

Melanie en la estancia era una hacendada orgullosa de su patrimonio que había logrado ella sola con la furia de su genio, duro y varonil. Tuvo alegrías que compartió bajo la higuera donde se reunía con sus nietos que le decían "Gra-Mamá". Sintió el cariño y la nostalgia, el desarraigo y la grandeza como vivencias auténticas; dio vida a otros con sus mismos ojos y con la fuerza de su temple: seres libres en busca de legados, caballeros irrepetibles y campesinos buenos.

Fragmento de mi novela
"LA ABUELA FRANCESA"
Dedicada a las mujeres de mi familia que hicieron grande a nuestra patria.


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(e-book y papel)

1 comentario:

  1. Creo que lo habías publicado ya o bien empiezo a conocer tu libro.
    Melanie hija de otra mujer remarcable.
    Besos

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