Aluen. (Cap I-Francisco de Vietma 1era parte)
1-FRANCISCO DE VIETMA
MADRE TIERRA
LOS TEHUELCHES
La
Madre Tierra sabía de ausencias, de olvidos y de historia.
Se
entregaba a los vientos que venían del mar hasta las costas. Muchos habían
intentado las conquistas, dejando sus deseos frustrados por el inhóspito
territorio de la Patagonia argentina.
El
llano se mostraba brumoso y vasto, tierra adentro, y dejaba entrever la
aspereza de ser un enemigo más, como sus fronteras salvajes. Aquellos hombres
parecían ser ajenos a la civilización, pero permanecían en ese suelo desafiando
las leyes divinas con la convicción, casi brutal, del odio simulado.
Llegaron
entonces otros hombres para enfrentar, a veces, con la vida a una civilización
distante y única. Se contaban de ellos mil relatos increíbles que dejaron de
serlo cuando los conquistadores y misioneros pisaron el suelo bendito.
¿Sabían
a quiénes tenían que enfrentarse?
Detrás
del fuego que vio Magallanes en el siglo XVI existían pueblos de indios
llamados yámanas y Alakalufes que comían cangrejos, hongos y raíces. No eran
tan irreales pero inspiraban respeto porque ése era el territorio tehuelche:
manso, ágil, con habilidades extremas para la caza. Los yámanas, en cambio,
recorrían las aguas en las canoas y pasaban las horas entre la realidad y el
silencio que consumían sus afamados deseos de permanecer a la sombra.
Cuando
llegaron los extraños habitantes de otros países, comenzó el miedo y la
acechanza, el desorden y la intolerancia. Dejaron de ser mansos para levantarse
en pie de guerra. Muchos murieron… Carlos III-rey de España- envió familias
para colonizar la Patagonia. En esas tierras casi no había mujeres y los
indios, al verlas, sintieron la curiosidad obvia a lo desconocido.
Los
abnegados misioneros intentaron la conquista espiritual de los indios de la
Patagonia. Estos pertenecían a la oleada de cazadores mayores. En su patrimonio
cultural no entraba la vida sedentaria. Difícil-casi imposible-era reunirlos en
misiones fijas para evangelizarlos.
Su
adhesión al sacerdote sólo podía consistir en una especie de recurso “al hombre
que sabe mucho”, sobre todo al hombre que sabía curar heridas, encender
rápidamente el fuego, proveer de cuchillos, telas y adornos. Terminado esto “el
hombre sabio” dejaba de ser útil y se lo asesinaba…
Esto
mismo sucedió con los misioneros.
Nicolás
Mascardi, después de haber tratado de enseñar el cristianismo entre los indios
de las actuales provincias de Neuquén y de Río Negro, fue asesinado en 1663.
Este religioso realizó la increíble hazaña de atravesar la Patagonia desde el
valle de los Vuriloches hasta Tierra del Fuego.
En
1779 con la misión de sostener la soberanía de España sobre la organización de
las ciudades, llegaron los hombres enviados por el rey Carlos III.
Francisco
de Vietma fundó a orillas del curu leuvu-río
Negro-en aborigen, la ciudad de Carmen de Patagones. En esa ardua tarea incluyó
a los indios, pero muchos decidieron huir porque Viedma era una persona
demasiado rígida y arbitraria que no respetaba la paga y la comida. Mezquino
como pocos.
Más
tarde, llegaron las familias pobladoras con todas las precauciones de empezar
una vida de sacrificio en un lugar hostil, pero con el deseo de superación y de
lucha. Eran cinco mujeres y dos niñas: veinte personas que se mezclaron
abruptamente con las indias y las cautivas.
Esos
nativos habían alcanzado el menor grado de evolución, viviendo de la caza y de
la pesca, de acuerdo a los lugares donde se encontraban. Su número era
relativamente escaso, pues la fauna de la región se caracterizaba por la
corpulencia de los ejemplares. Como eran nómadas, poco les costaba alejarse del
lugar que no les resultaba grato.
La colonización de la Patagonia argentina.
Los indios tehuelches.