Mis días de primavera
Era muy feliz por aquellos tiempos...
La esperanza invadía un mundo en donde la música
encontraba sus horarios,
era sensible y humilde,
espiritual...
Yo me abandonaba a las ideas intelectuales
con mi mirada pulcra de joven rebelde y solitaria.
Soñaba con una de mis grandes obras:
cincelar un amor verdadero
que llenara los huecos vacíos
con la sabiduría del equilibrio.
Dibujaba poemas,
pintaba cuentos...
con un sentimiento único e irrepetible
y con el íntimo deseo de permanecer a la vera de los días,
razonablemente feliz...
Existía una historia demasiado adulta
que me esperaba entre libros y patios,
con un jardín de pétalos chinos y golondrinas.
Yo trazaba los recodos de mi casa colonial
y en la periferia de un arca
poblada de gatos me dormía
para soñar junto a ellos...
Luján Fraix