El abandono y la pasividad
Llegué a la capilla deshabitada, mudo testigo de nuestra esperada unión. No hizo falta decir nada. Silbaba ululante el viento entre los pinos.
Al despertar con el alba, abriré las ventanas y dejaré escapar el corazón entre nubes de tul y primaveras. Trataré de sanar las heridas buscando otro milagro en cada lucerna, en el silencio que quebranta las palabras, pero la paz llueve lágrimas en el verde de las plantas y me siento sola.
De pronto, te veo... Tú vienes desde el sol rebasando amor en una eternidad velada.
¡Es el fin de la batalla!
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De---La novia-¿Ella regresó por amor?
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