La dama de las camelias, de Alejandro Dumas (h)




Dumas, hijo, escribió esta novela basándose
en un hecho real.
Cuatro años antes, cuando tenía veinte,
había conocido a una muchacha de 
"vida alegre",
a una "demi-mondaine"
de su misma edad que le había impresionado profundamente.
Se hacía llamar Marie Duplessis.
Se hicieron amantes.


Escribió, entonces, la novela en tres semanas
en una posada que se llamaba "El caballo blanco".
Alquiló allí una habitación
que le costaba un franco al día.


El valor de la obra trascendió muy pronto
el ámbito de lo novelístico, del texto literario,
convirtiéndose en una idea que prende,
se difunde y se transforma en símbolo.
Símbolo que aún conservará vigor suficiente para pasar de un nuevo medio
en cuanto se populariza el cine, a principios de siglo.


La obra es básicamente un melodrama romántico
y Margarita Gautier, en el fondo,
un ser abnegado de folletín,
la mujer perdida que se regenera con la renuncia
y con la muerte.
Para el autor,
la prostitución era admisible,
pero siempre que se plegara resignada a los intereses de la familia.
como hace la protagonista.
Lo que Dumas consideraba inadmisible era el adulterio.


Pese a la ambigüedad y el moralismo
que la obra transpira,
hay en ella una honda palpitación de sentimiento auténtico
que la salva y que le proporciona ese vigor simbólico que la ha hecho
llegar hasta nosotros.
Su moralismo es tan patente que no nos irrita
ya como irritaba a los moralistas;
le presta incluso un cierto encanto que mueve a la sonrisa.
Y por detrás y más allá de la sonrisa,
la obra conserva aún,
y pese a todo, una gran capacidad de conmovernos.

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