El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada. (Gustavo Adolfo Bécquer)

 


Novela basada en hechos reales.

EL AMOR EN LA GUERRA.
¿Y después?
DOS MUJERES, UN DESTINO.
Hellen era muy blanca y de ojos profundamente azules como el mar en algunas regiones idílicas, era un sueño en medio de la tempestad, un huracán de abrigo para tanto dolor y la pócima necesaria para soportar un día más. Tenía el pelo canoso a pesar de su juventud. Eso la hacía única a la mirada de cualquiera. Era el personaje de una novela bien escrita y el soplo de aire que les hacía un guiño a esa pesadilla en la que, por un capricho del destino, se hallaban inmersos.
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Hellen, sin quererlo, también combatía y parecía no sentir temores. Los niños, sus hijos, tenían las mejillas rojas; eran patagónicos porque salían sin ropa con temperaturas bajo cero. Estaban curtidos por ese frío que ya no los hería. Es que no conocían otra cosa.
−Lindos los pingüinitos –dijeron los soldados entre risas al verlos tan alegres y despreocupados. Eran niños, sólo niños, que no reparaban en la historia y sus mandatos, ni en las balas y misiles. Tal vez, estaban jugando con esa verdad que no alcanzaba a rozarlos porque la inocencia no se da cuenta del peligro.
Hellen Pusset no sabía español y Facundo tampoco podía hablar inglés, pero algo los acercaba y le murmuraba frases al oído, eran esas mariposas que recorren el cuerpo cuando tiembla ante la emoción. Algunos decían que estaba prohibido hablar, por lo tanto el silencio lo explicaba todo, o quizá unos ojos oceánicos que podían ver más allá.



HELLEN, escribe...
Guerra de Malvinas.
-1982-