“Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás" (E.Galeano)
"La habitación huele a incienso
y los bancos de la iglesia tienen alma;
mi bisabuela deja su nombre
en el bronce inmaculado..."
.
.
La torre mira con ojos serenos el mundo vasto de alabanzas,
de paz y de piadosos. El badajo de la campana suena una y otra vez.
Conoce la libertad, la santidad,
los caminos poblados de vértigos...
La gracia envuelve la noche divina dejando entrever un epígrafe
que grita sus letras sagradas.
Las luciérnagas brillan...
El horizonte lívido siente el dolor de partir y busca las horas de inocencia, aquellos siglos pasados...
Las palabras juegan en el indiscreto sopor que roza los pretéritos tiempos.
Sobre el umbral llora la miseria con mirada pura y manos de niño,
no guarda tesoro ni vuelo glorioso, sólo su parpadeo oscurece los candiles.
Y cuando amanece
los valles aún duermen,
se escuchan los cencerros,
alguien reza...,
y una torre, allá a lo lejos,
.
.
-------------En la iglesia de mi ciudad estaban los bancos con el nombre, en bronce, de mi bisabuela Melanie, quien donó dinero para la construcción allá por el 1900. Luego, cuando compraron otros bancos nuevos, los viejos los llevaron a la capilla del colegio "Niño Jesús de Praga". Recuerdo que yo miraba ese nombre cuando me arrodillaba en el banco, en aquella capilla helada, y no sabía quién era esa señora con tantos apellidos (se había casado dos veces)
Más tarde, conocí la historia.
La abuela francesa.
De Suiza a América
-1865-