Le preocupaba la apariencia de todas las cosas... (Rosa Montero)

 

Porque vivía al límite, porque soñaba con una patria libre... Quería caminar delante de sus propios pasos para llegar primero y luchaba contra los molinos de viento cuando querían doblegarla. 

Era mujer, mi bisabuela Melanie.

Una mujer auténtica que sabía lo que quería y que no necesitaba pedirle permiso a nadie para viajar a Francia, para casarse de nuevo, para amar a un francés que no hablaba castellano.

Y...

Valoraba lo simple de la existencia; era humilde y querida por todo su pueblo, rezaba, y en esas oraciones iban las tantas preguntas sin respuestas, los caprichos de los otros, el llorar a gritos para decir lo que sentía...

Inmensa como pocas, hacedora de esperanzas en medio de la oscuridad. Te quedaste para siempre en el alma de quienes te amaron para hablar de ti.

Por eso y por muchas cosas más, viajas a través del tiempo en este libro:

La abuela francesa
De Suiza a América
-1865-