La última mujer, por Cristina Suárez

 



Cristina Suárez (España) me sorprende siempre, en silencio, con una reseña de las que escribe ella: brillantes.
Gracias amiga por elegirme entre tantos autores.
Ya no tengo palabras.
Un abrazo grande.

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Viviendo día a día

Esta es la historia de Rebeca Cooper Taylor, una mujer perteneciente a una familia adinerada de Inglaterra. Ella arrastra desde hace tiempo un grave problema de salud y, para que pase unos días distintos y deje de pensar en la enfermedad y en el tratamiento que tiene que hacer, su marido Wilson y sus amigos Amy y Carl le tienen preparada una sorpresa. Nada más y nada menos que un viaje de placer en el barco más grande del mundo, en el viaje inaugural del Titanic. Ella acepta, como no puede ser de otro modo, pero pide que también viaje con ellos su padre, Mark Cooper, un anciano de ochenta años que siempre ha estado pendiente de ella y desde que se murió su esposa Sarah, mucho más. Él es un hombre de negocios que lleva toda su vida trabajando y que, a pesar del miedo que tiene al agua, acepta por el amor que siente por su hija.

Mark siempre lleva consigo una maleta de la que nunca se separa porque según él allí lleva su mayor tesoro. Un tesoro que anhelan tanto su hijo Harry como su nieto Alan. Piensan que debe estar llena de joyas. Con esa maleta emprendió el viaje en el Titanic, sin pensar en un momento en la codicia de los que tenía a su alrededor.

La travesía no fue el viaje de placer que esperaban, no sólo por el hundimiento que sucedió en la noche del 14 al 15 de abril de 1912. Ya antes de esa desgracia, los celos, la envidia y el egoísmo formaban parte también del pasaje. Sin embargo la tragedia que les esperaba se convirtió en esperanza para Rebeca, pues una mujer, la última, puso en sus manos una nueva vida. A partir de ese momento sólo podía seguir viviendo día a día. Por ella y por lo que tenía a su lado.
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Es una novela distinta, con una gran carga de valores y de amor. A medida que vas pasando las páginas, las sorpresas dentro de la familia de Rebeca aumentan. Hay muchos secretos ocultos que todavía no han visto la luz pero que poco a poco se van mostrando. Es una buena historia esta que nos cuenta Luján Fraix, una mujer que siempre me deja maravillada por lo bien que relata las cosas. Tiene algo especial en su forma de narrar que atrae. Y eso es algo que voy descubriendo de nuevo en cada uno de sus libros. Éste en concreto me llamó la atención ya desde el primer momento por esa portada tan llamativa y a lo largo del libro por esas citas que va intercalando. Es una autora que me gusta.