La casa dulce
COM
Buenas y Santas... Los hijos olvidados
COM
SINOPSIS
"Un lector vive mil vidas antes de morir. La persona que nunca lee vive solamente una". George R. R. Martin
COM

Y quedan algunos de los míos:
**"La última mujer"(novela)
**"Buenas y Santas" (novela)
**"El silencioso grito de Manuela (novela)
**"Septiembre" (poemas)
Precios accesibles.
Gracias a los lectores que pasaron y se llevaron alguno de mis libros, que me eligieron entre tantos títulos, lo valoro un montón.
"La Peregrina"
COM
Al
mismo tiempo creer en La Peregrina a
don Augusto le daba alergias.
Aquella
esclava de los hechizos vivía frente al óxido de los ataúdes, enredada en
cordones de zapatos tejidos con cabellos humanos, morteros y lámparas de
aceite. Su risa era curiosa, tal vez irónica, en su boca casi sin dientes. Pero
la batalla siempre la ganaba doña Josefa quien creía ciegamente en los dones de
esa sanadora ambigua.
A
menudo, se abandonaba a sus ritos ancestrales los días de tormenta. Detrás del
trueno el viento seguido por el rayo que partía la tierra.
−¡Voy
a emprender una difícil y larga travesía! –gritaba La Peregrina aterrada por el miedo de morir ante el castigo de los
dioses.
El
huracán azotaba la vieja casa y volaban los objetos: libros de magia, colmillos
de marfil, ollas negras con jarabes de hongos y fotografías castigadas con elementos
punzantes y agujas de acero.
Invocaba
al fuego para redimir sus actos e imaginaba que incendiaba los recodos con
hambre de venganza. Ella se ocultaba bajo el edredón de plumas y no se dejaba
vencer, sino purificarse, vaciar su cuerpo de energías negativas para quedar
pulcra y volver a empezar.
Luego
llegaba el silencio fantasmagórico que inundaba las calles de tierra, enmudecía
las voces y apagaba los ecos en una noche clara que parecía día.
−Ave
María Purísima –saludó el verdulero que llevó en su carro a La Peregrina a la chacra de Josefa
Ulloa.
−¡Calla!
¡No nombres a Santos! ¿Mírame qué soy?
−Una
vieja.
−¡Paparulo,
espérame que ya vuelvo! –lo insultó al pobre comerciante que le hizo el favor
de llevarla hasta el campo con el frío del invierno y el poco tiempo que tenía…
Doña
Josefa, cuando la vio, se le iluminaron los ojos y don Augusto, desde los
galpones, golpeó el puño contra la pared. No le gustaba esa mujer, la
consideraba una farsante, una impostora, que buscaba rédito económico o
llevarse algunos pollos. Su esposa, por una extraña razón, la quería y también
la protegía.
(Fragmento de novela)
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lejos de su silencio.
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Julián se encontraba comiendo algo sentado en la escalinata del orfanato; se oía el repiqueteo de las campanas de la iglesia. La gente pasaba sin reparar en él y en su triste aspecto. Estaban acostumbrados a verlo ir y venir, no le tenían miedo porque no sabían en el ambiente donde había crecido.
−Oye… ¿Qué te dije yo el otro día?
Cuando Julián vio que Milagros se acercaba, se puso de pie igual que un caballero, pero se mantuvo con el sombrero en la mano y la vista baja, en el suelo, ése mismo que pisaba a diario y que lo conocía tanto.
−Buenos días, señorita.
−No te hagas el educado conmigo que te falta mucho. ¿Todavía por la calle? ¿Qué te aconsejé?
−Que busque trabajo. No lo voy a hacer. Mire lo que soy. ¿Usted cree que con esta ropa alguien me va a respetar?
−Bueno, tienes razón. Tampoco te pido que vayas a servir copas a una confitería. Ven conmigo –dijo Milagros y lo arrastró por el brazo.
−¡No! ¡Qué se piensa!
−¡Necio! Ven…
Julián se debatía entre la vergüenza y el miedo. No quería ir con esa señorita fina. ¿Qué buscaba? ¿Por qué lo molestaba tanto? ¿A ella qué le importaba de él?
−Tonto y más tonto. Te quiero ayudar.
−¡Déjeme en paz, quiere!
Milagros se fue con Timoteo en la calesa y Julián se quedó mirando hasta que se perdieron en el horizonte. Le dolía ser pobre, un indigente. Imaginaba poder llegar a ser su amigo. ¡Qué linda que era! ¿Por qué el destino se empeñaba en abandonarlo a su suerte! ¿Por qué no le daba una oportunidad?
−¡Hay que buscarla! –seguro le gritaría Milagros y con razón. Él no quería moverse de ese sitio de confort porque así estaba bien.
“Ser pobre molesta. Lo sé. Quizá, ella piensa que soy peligroso. Crecí a fuerza de golpes y eso me hizo débil y miedoso. Ni la voz me sale. Cuando oigo un ruido tiemblo y me doy vuelta despacio para ver de dónde viene: de un puño cerrado, de un trozo de madera, de un tacho viejo… La violencia no tiene nombre y aparece para castigar al más débil, a la víctima, al que no tiene defensa. Yo podría ser como ellos, mi familia, qué más da… pero no quiero. Aunque indirectamente han sido y son una rara influencia en mi carácter y en mis impulsos. ¿Cómo pueden pensar que alguien me dará trabajo? Ni para barrer un sótano. La sociedad no para de cargar injusticias contra aquellos solitarios que si murieran tirados en un lodazal nadie los vería por meses. Total, no han perdido nada. El mundo seguirá andando con indiferencia y cada uno sabrá dónde estará el oxígeno para vivir un día más”, pensó Julián mientras se iba caminando despacio rumbo a la Sociedad Rural, donde se juntaban los productores agropecuarios. Quizá, alguno de ellos reparara en su presencia y le hiciera algún hueco en su estancia, pero eran tan copetudos; de esos que jamás miran para arriba porque creen que son el punto más alto.
Reflexiones
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La persona feliz no tiene tiempo para meterse en las miserias humanas.
Una persona feliz no necesita poner zancadillas.
No necesita destruir la vida de otro.
No necesita del chisme para ver si de allí se levanta.
Una persona con autoestima y amor propio no necesita hacer daño.
Una persona feliz ha aprendido a valorar cada momento y a encontrar paz en su interior.
Vive desde la plenitud sin necesidad de compararse con los demás.
Sabe que la verdadera felicidad no se mide por lo que tiene sino por la gratitud que siente.
(de Instagram)
El viaje de mi libro de poemas
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De vuelta a casa, de Kate Morton
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La Liberación. Hermanas Brontë
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1-SALLIE DEAM
Enero de 1855
Firmar
con otro nombre…
La
tarde fría dejaba su enigma de lágrimas en el verde inexistente de los días.
La
bruma se extendía por aquellos páramos y barrizales.
El
suelo se hallaba cubierto de nieve y el viento estremecía las grietas de la
antigua casona.
“Podría
perderme por estos pantanos”, pensó, pero su deseo de llegar era más fuerte que
las inclemencias del tiempo. La vida y la pasión por los libros la habían
llevado a tomar la decisión y no podía volverse atrás.
¿Quién
no lloró con el amor obsesivo de Heathcliff en “Cumbres Borrascosas”?
¿Quién
no sufrió con la terrible infancia de Jane Eyre?
“Sé
que iré y volveré mil veces hasta que me atienda porque aunque no quiera
terminará por aceptarlo. Ella y sus hermanas sintieron lo mismo: la vehemencia,
el fuego, la idea fija, el hecho de no claudicar, aunque el mundo parecía
derrumbarse. ¡Qué lugares oscuros y que apasionantes! Me envuelve esa magia
cargada de sueños por volar, de rotundos pensamientos por decir…”, reflexionó la joven delgada y morena, de ojos grises
pensativos.
La
criada la miró por la ventana. Primero le pasó un lienzo a los vidrios
empañados.
Enero
de 1855.
**
“La esperanza está en los sueños, en la imaginación y en el coraje de quienes se atreven a hacerlos realidad", Jonas E. Salk
COM

Infinitas gracias a los lectores que eligieron mis libros este mes.
**Licia (tapa dura)
**Buenas y Santas (ebook y tapa blanda)
**La Liberación (ebook)
**Azul de lluvia (ebook)
**Aluen (ebook y tapa blanda)
Los libros que envié a la Feria del Libro de Buenos 2024 de La última mujer me confirmaron que se agotaron.
Gracias a todos❤