Café de Hansen. Buenos Aires y sus tiempos viejos

 




−Viste, Tomasa, que a todos nos toca cargar piedras. Ése es un claro mensaje de que con plata o sin ella no te escapas de alguna pena. Nadie puede comprar la felicidad así nomás. No es el dinero ni la fama, no es el poder porque siempre existirá algo, por pequeño que sea, que traerá una sombra, una medianoche a tu entorno. Y despertarás con esa medianoche ante tus ojos intentando borrar su bruma, pero ella te seguirá los pasos donde vayas. Así te escapes al Congo.

−Oh… ¿de dónde aprende todo eso?

−De la vida; soy muy observador, de ti, de mí…

−Me gusta como habla, mi niño Conrado. Un poco “picaflor”, pero de gran corazón. Lo quiero mucho, sabe.

−Yo también, querida. Ahora ve a hacer tus cosas y por la comida no te preocupes.

−Está bien, gracias.

Tomasa se quedó sola y sonrió. Conrado era un joven tan positivo que le levantaba el ánimo. Pensó en la gente. Si toda fuera así, con ese lado esperanzador y alegre, sería un gozo para quienes están en la penumbra y se sienten ahogados por la medianoche de los años.



“Mujeres que ha perdido su sombra,
Mujeres que harán sombra en otro sitio.”

Gloria Casañas.

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CAFÉ DE HANSEN
-------------------Lo de Hansen, Dama de Noche, Los compadritos, Los tiempos viejos, Buenos Aires, El caballero negro.

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