¿Quién es Emilio Torres?

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¿Quién es Emilio Torres?

Emilio es el protagonista de "Puerto Soledad", mi primera novela. La escribí en 1993, hace tantísimos años.

Un día me pregunté: ¿Yo podría escribir una novela con esfuerzo y dedicación, sin apuro? Y mi respuesta fue "sí".

Y así fue como despacito fui armando la historia de Emilio, un lisiado que se enamora de su cuidadora. En un principio la ficción se desarrollaba bajo esa idea, luego fue cambiando y el Emilio Torres se transformó en un soldado de la guerra de Malvinas porque como me gusta tanto la historia y la investigación pensé que ese detalle sumaba mucho.

Emilio, un soldado de Malvinas, abandonado a su suerte con todo un porvenir por delante se ve entre la prisión de la vida diaria y un futuro impredecible. No sabe cómo manejarse, todo le parece hostil, incluso su familia lo rechaza. 
Y él se aferra a su único amigo...

Todo lo ve gris porque esa guerra está por comenzar.

PUERTO SOLEDAD
-Guerra de Malvinas-1982.


"Fueron los libros los que me hicieron sentir que tal vez no estaba completamente solo".

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Países desde donde se leen mis novelas.
"Fueron los libros los que me hicieron sentir que tal vez no estaba completamente solo".
📕
"Se fue caminando por la vereda del ferrocarril, cruzó las vías y llegó a la plaza frente a la iglesia. Por esos lugares había visto muchas veces a la mujer de blanco, el brillo de sus ojos, sus trampas, el beso… Ella lo quería mucho, se notaba en sus lejanas caricias, en la forma de amar la sombra y abrazar la risa. Parecía un ánima, pero no le tenía miedo. Podía imaginarla todavía rodeada de felinos sedosos a los que amaba como hijos" (fragmento)
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PERDER EL ALMA.

Camille Claudel y Auguste Rodin

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Auguste Rodin  fue el impresionista más importante en la escultura y su mujer,  Camille Claudel , se destacó junto a él.

Nacida en 1864 en  Villeneuve,  Camille logra la comprensión de su padre mientras que su madre se opone duramente a lo que considera una desviación radical de las reglas que rigen la vida burguesa en la sociedad del momento. Sólo encuentra consuelo en su hermano Paul, quien se convertirá con los años en un célebre escritor.

Cuando la familia se traslada a París, ella se inscribe en la  Académie Colarossi  y mantiene un estudio junto a tres amigas inglesas. Su encuentro con el escultor Auguste Rodin desemboca en una relación amorosa.


Camille posa para él y colabora en la realización de las figuras de la monumental Puerta del Infierno. La obra de la escultora, muy cercana a la de su maestro, es una mera copia. Se produce entre ambos un clima de colaboración y enfrentamiento que enriquece la labor de ambos.

La pareja frecuenta los ambientes artísticos y culturales más importantes de París de la época y pasan juntos largos períodos fuera de la ciudad pero Rodin está unido sentimentalmente a otra mujer,  Rose Beuret,  a quien no tiene intención de abandonar.


Una vez rota su relación con el escultor, entra en su vida  Claude Debussy  quien también está unido a otra mujer. Mientras, sus obras alcanzan cierto éxito y aparecen con frecuencia artículos en las revistas de arte.

Algo inestable emocionalmente, sus crisis nerviosas empiezan a ser cada vez más frecuentes llegando en algunas de ellas a destruir parte de su obra.

No encuentra apoyo en su familia pues su madre y su hermana siguen siendo hostiles a su forma de vida y su hermano Paul está lejos. A la muerte de su padre en 1913 es recluida en un sanatorio psiquiátrico del que ya no saldrá pese a su recuperación ya sus desgarradores ruegos que dirige a su hermano. Finalmente muere en la institución en 1943.


"Tras abandonar la obra realizada a lo largo
De toda mi vida,
me obligan a cumplir los años de prisión
que tanto merecían ellos".



Eso fue escrito por Camille Claudel al cumplirse el séptimo año de lo que ella misma calificaba como "penitencia": su internación en el manicomio.


Más conocida por su existencia atormentada que por la calidad 
de su producción y la extraordinaria modernidad de sus obras, 
Camille posee una gran habilidad técnica.
para la escultura dominando a la perfección
la talla del mármol.

Si bien sus primeras obras llevan el sello indiscutible de Rodin,
en las piezas consagradas del escultor
Se percibe claramente la mirada de Camille.
quien llegó incluso a permitir
que él firmará sus obras.





Estamos en la Feria de Rosario

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📕"La última mujer" en la Feria del Libro de Rosario.
---------------"Cerró los ojos e intentó ignorar los sonidos, el olor, el miedo, el dolor. Sigue viva, se ordenó. Sigue. Viva."
De "El ruiseñor"
❤

Feria Internacional del Libro de Rosario 2024

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Del 5 al 15 de septiembre, en el Cultural Fontanarrosa llega una nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Rosario, en esta oportunidad coorganizada por la Fundación El Libro, la Municipalidad de Rosario y el Gobierno de la Provincia de Santa Fe. Diez días con mesas, presentaciones, homenajes, talleres y tres pisos de libros con más de 70 stands de librerías y editoriales locales y autores independientes de la provincia de Santa Fe.

💓💓
Mi libro "La última mujer" participará en la Feria del Libro de Rosario. Feliz por este nuevo encuentro, ojalá me vaya bien como en la Feria de Buenos Aires, los libros se agotaron. Mil gracias.

Perder el Alma

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−Hortensia, ¿qué haces acá? –se escuchó entre las matas.

Don Fidel venía caminando entre la vegetación agreste con una rama que utilizaba de bastón para abrirse paso entre la maleza o por si aparecía alguna culebra. Lo acompañaban cuatro perros. Murmuraba bajito igual que los ancianos sin remedio, pero cuando levantaba la voz era porque estaba enojado. Llegó a la tranquera y se enfrentó con Susan y la niña en sus brazos.

−Hortensia –volvió a decir con más calma y se apoyó en un poste del alambrado.

A Susan le dolía el brazo de tanto sostener a la niña que ya se la veía cansada y llorosa.

−No me llame así −respondió con un hilo de voz, con tristeza y resignación.

−¿Y si te llamas Hortensia cómo te voy a decir? –exclamó don Fidel desorientado− ¡Vamos para la casa! Parada allí no ganas nada. ¡Qué locura habrás hecho!

−No me pregunte, papá. Ya le voy a contar con más calma. ¿Y mamá?

−Está haciendo una torta como todas las tardes. Sabes que la prepara para nosotros porque ella no come; dice que el dulce y las harinas le hacen mal a los intestinos.

Los dos caminaron hasta la puerta de la humilde vivienda pintada de blanco. La cortina descolorida dejaba ver la pobreza en la que vivían: baldes de agua, una canilla que goteaba, cuatro malvones y un pomelo. El burro, y atrás los galpones abarrotados de carros de abuelos, tractores viejos, trastos empolvados, gallinas y cerdos revolcándose en el lodo. El auto verde botella no estaba en el galpón.

−¡Mamá! –dijo Susan y la abrazó con la niña en el medio en un apretado y sentido encuentro que la dejó con llanto en los ojos.

Doña Martina estaba tan confundida como su marido Fidel. Cuando trabajaba con los Ferrer, los había visitado muy poco y por eso ellos se mantenían ofendidos. Pensaban que Susan se sentía avergonzada de tener padres humildes, con una propiedad pequeña y poco futuro. Por eso ella fue a trabajar de mucama, no pudo estudiar. En cambio, su hermano Aníbal había hecho tres años de abogacía en los tiempos de la dictadura militar, en los ´70. Aníbal era mayor que Susan. No se recibió y se dedicó a labrar la tierra igual que Fidel. Tal vez, escapó de aquello o lo obligaron… No se sabía, nadie preguntaba.

−Hortensia… ¿y ese bebé? –preguntó Martina y corrió la manta para verlo mejor.

−Es una niña y se llama Alma. No tiene padres, es huérfana.

−¿Y quién te la dio? ¿Acaso no tiene abuelos y tíos?

−Nadie –respondió Susan quien ocultaba el rostro para que no se le notara que mentía.

−Le vamos a dar de comer, pobrecita –dijo Martina sin hacer más preguntas−. Luego irás al pueblo a devolverla. Nosotros te acompañaremos; además, los Ferrer te saldrán a buscar. ¿Les dijiste que venías de visita?

−¡No iré a devolver nada! ¡No me obliguen! ¡Los Ferrer se pueden ir al infierno! –gritó Susan fuera de control.

−¡Por Dios, hija! ¿Qué has hecho?

Doña Martina sospechaba de algún manejo oscuro de su hija. No quería quedar involucrada, manchada; ellos eran honestos y demasiado derechos. Fidel se mantenía callado y, con las manos detrás de la espalda, caminaba de un lado a otro de la cocina. No quería enojarse porque se transformaba; intentaba calmarse, le hablaba a su yo interno. Martina lo miraba buscando respuestas, pero él desviaba la vista. Susan no podía contener los nervios y le ofreció la niña a Martina para que le diera la leche. Encontraron una mamadera de cuando Susan era pequeña y la acondicionaron para el momento. Alma no lloraba y los miraba con sus enormes ojos azules.

−Es muy hermosa, pero debe ser llevada con las autoridades. No sé. Creo que no se puede tomar un bebé por gusto para adoptarlo, aunque no tenga familia.

−¡No me importa si no se puede! –gritó Susan−. La niña es mi hija y ustedes deberán callarse porque si no me voy y no me ven más

−Hija, reflexiona –agregó Martina con voz dulce, intentando persuadirla de que debía volver atrás−. Si la trajiste del pueblo pueden venir a buscarla, estamos tan cerca.

En ese momento un auto, que venía por la calle levantando polvo, se detuvo.

Susan se asustó; se hallaba demasiado susceptible. Le arrebató la niña a su madre y se ocultó en los cuartos.

−¡Cuidado con decir algo! –amenazó.

−Es don Pascual que siguió para su rancho –gritó Fidel.


Susan se había recostado en el catre de adolescente y, con Alma a su lado, se durmió. Martina la miró con ternura y la dejó descansar; la tapó con una colcha tejida al crochet por la abuela Gloria y se fue a la cocina a hablar con Fidel. No podía creer lo que sospechaba. Susan siempre había sido una niña y luego una joven tímida, callada y obediente. Desconocía esos arranques de ira, su manera autoritaria de dar órdenes, el gesto adusto.

💕💕💕

PERDER EL ALMA
Me deben una vida...
-------------------------Madre hay una sola, El virus, La venganza, Los años 70, Locura, Amor incondicional, La trama del adiós.