Eternamente Manuela

Manuela era una mujer sumisa que parecía niña. Cuando la conocí pude ver su inocencia tras ese velo que, como los ángeles, parecía diáfano.
Tenía demasiado amor para dar, pero se ocultaba tras las oraciones buscando el refugio, sus alas extraviadas. Y no sabía cómo resolver los problemas, tampoco buscaba salir de ellos...
Entre sus gritos silenciosos se acordaba de buscar flores para el retrato de la niña, esa locura de amor la aferraba a las cruces y a los campanarios que sonaban a las siete de la tarde.
Preguntaba...
Tenía miedo de sufrir por el presente y el futuro. Por eso se escondía entre los salmos, por eso no quería escuchar reclamos, ni palabras demasiado fuertes porque aturdían su silencio.
Pensaba en la muerte súbita, en la libertad y los secretos, en el sillón de su madre y en sus hijas solteronas. Las quería así... fuera de todo peligro.
EL SILENCIOSO GRITO DE MANUELA
El tema: el miedo a sufrir, a crecer... El miedo a la libertad de los otros, a perderlos y a no verlos más. Prefería las sombras de los cuartos, el frío de la iglesia, que sus hijas fueran niñas siempre-como ella-para que no se alejaran y corrieran peligro.
¿Se puede ser tan egoísta?
Los hijas ya no eran de ella, habían crecido y querían volar, pero Manuela les cortaba las alas, las pocas esperanzas; entonces se abandonaban a las plegarias. Letizia con los eternos misales, entre enfermedades psicosomáticas y llantos, y Encarnación con las ficciones y escapadas a escondidas de su madre.
Manuela no tenía carácter, pero desde su pasividad las manejaba como quería... Era dulce y entregada, amorosa como ninguna, silente y devota. Con su peculiar forma de hablar decía lo que sentía y esperaba porque sabía que todos y cada uno obedecían sus caprichos. Parecía débil, pero era demasiado manipuladora: con el amor y los abrazos, con las recomendaciones.
Eternamente Manuela.
La recuerdo con mucho cariño. Me quería y yo a ella.
Por librería Dunken online-Argentina.
Por Mercado Libre Argentina (envío gratis)
La novia está de regreso...
La inglesa romántica

La vida es bella
Maude Fealy (1883-1971)
Fealy tuvo algún éxito comercial como autora e intérprete. Escribió "The Red Cap" en colaboración con Grant Stewart, dramaturgo e intérprete neoyorquino, y la obra se representó en el National Theatre de Chicago en agosto de 1928. Otras obras escritas por Fealy son "At Midnight" y "The Promise", ésta en colaboración con Alice Gerstenberg.
A lo largo de su carrera Fealy enseñó interpretación en muchas ciudades en las que vivió, como Grand Rapids (Michigan) ; Burbank (California) y Denver, Colorado. Así, abrió centros como el Maude Fealy Studio of Speech, la Fealy School of Stage and Screen Acting, y la Fealy School of Dramatic Expression.
Serie--Guerra de Malvinas

Guerra de Malvinas (Serie de 1 libros)
Ficción y realidad, historia.
Los protagonistas intentando reinventar la vida desde los vacíos, con todos los recuerdos y las huellas.
Heridas imborrables, amores secretos, combates nuevos.
¿Cómo fue, en realidad, la Guerra de Malvinas?
Agosto

Agosto.
Tasha Tudor (1915-2008)
Había una vez... Tasha fue una ilustradora infantil que vivió una vida de cuentos.
Desarrolló un estilo de vida consagrada a la historia de un s. XIX -sembraba, hilaba, tejía, recogía huevos, ordeñaba cabras, dibujaba, leía, soñaba con un edén y para eso lo inventaba...-, puso tanto amor cultivando ese paraíso que coloreaba su día a día como en sus asombrosas acuarelas; vistió faldas largas con delantales, sweaters tejidos por ella, pañuelos en el pelo... La hechicera del jardín, la mujer que puso desafiar al tiempo y caminar sus propios pasos sin rendir cuentas, hacer lo que más le gustaba sin mirar al lado y rendirse ante la magia de la naturaleza, de los animales y de sus amores.
La liberación del alma
−Es
que la madre es todo para un niño: la protección, el amparo, el beso, la
caricia, el sostén… Crecer con un padre no fue lo mismo. Nunca lo es cuando el
vínculo materno es muy grande. Lo pudimos sobrellevar, pero no aceptarlo. La
muerte es la negación de la vida y nos costó mucho acostumbrarnos a su
ausencia, al silencio, a no ver su sonrisa ni a escuchar su voz. El entorno no
ayudaba porque la soledad era extrema. Si hubiéramos vivido en otro sitio, la
cercanía de la gente y de los conocidos nos hubiera dado una tregua al dolor,
pero Hanworth se parece a la nada misma y se instala hondamente en el corazón.
Hasta las enfermedades parecen atacar con más fuerza y nos obligan a sentirnos
más desvalidos y ancianos.(fragmento)
Hermanas Brontë
Le preocupaba la apariencia de todas las cosas... (Rosa Montero)
El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada. (Gustavo Adolfo Bécquer)
Libros gratis para descargar desde Amazon--Hoy "Hellen, escribe..."