El poema que Borges nunca escribió...





En noviembre de 1988 la revista "Uno mismo" publicó un poema titulado "Instantes", con la firma de Jorge L. Borges.

Desde ese momento fue fotocopiado  hasta el hartazgo y se convirtió en el texto más famoso del gran escritor. Ironía borgeana, chiste de mal gusto o el más grande de los malentendidos de la literatura argentina; esos versos adoptaron al autor, al estilo de los personajes de Pirandello, desesperadamente solos, huérfanos de alma:


"Si pudiera vivir nuevamente

mi vida, en la próxima trataría

de cometer más errores.

No intentaría ser tan perfecto,

me relajaría más.

Sería más tonto de lo que he sido,

de hecho tomaría muy pocas

cosas con seriedad..."


Así comienza el poema, como una enumeración de pautas de autoayuda, o una confesión final y son éstas las palabras que la gente ha querido escuchar de Borges.

El asunto es que María Kodama decidió iniciar acciones legales contra el director de la revista, quien reconoció el equívoco. Sin embargo, nada alcanzó para enmendar el error: más fotocopias, señaladores, afiches, divulgaron el malentendido por el mundo.

Un diario parisino ha publicado una traducción al francés de "Instantes" convirtiendo a Borges en el centro del  homenaje. 

Muchos se han rendido ante la evidencia de la multitud que asegura que esos versos son del poeta elegido, festejando el plagio como uno de los modos de la celebridad y la bienaventuranza.