Diario de Octavio Paz




Cada poema es único.
En cada obra late, con mayor o menor grado,
toda la poesía.
Cada lector busca algo en el poema.
Y no es insólito que lo encuentre:
ya lo lleva dentro.

Octavio Paz





Nunca he podido mantener el horario fijo. Durante años, escribí en mis horas libres... Un novelista necesita una máquina de escribir, pero se puede escribir poesía en cualquier momento, en cualquier parte.

A veces, compongo mentalmente un poema en el ómnibus o caminando por la calle. El ritmo de la caminata me ayuda a acomodar los versos. Después, cuando llego a casa, lo escribo. Durante mucho tiempo, cuando era joven, escribía de noche. Es más silencioso, más tranquilo. Pero hacerlo de noche también magnifica la soledad del escritor. Nunca me inspiro durante la última parte de la mañana y la tarde. Es un placer terminar una página cuando llega la noche...

La prosa es otra historia. Hay que estar en un sitio tranquilo, aunque sea en el baño. Pero por encima de todo, es esencial tener uno o dos diccionarios a mano. Él es un ángel guardián. Yo solía mecanografiar, pero ahora escribo todo manuscrito, dos o tres veces, y después lo dicto a un grabador.

Mi secretaria lo mecanografía y yo lo corrijo. En el caso de la poesía, escribo y reescribo constantemente.

(Entrevista con Alfred Mac Adam, 1990)