El campo como sepulcro de pájaros




De chica, no me gustaba el campo de mis antecesores porque decía que se parecía a un sepulcro por el sonido de los pájaros; es que muchos de mis familiares estaban muertos, pero se los seguía nombrando como si estuvieran presentes.

Un día, tuve que quedarme a dormir en la chacra de Betty (mi prima) porque había llovido y no podía volver. ¡Cómo sufrí! El mugido de las vacas me torturaba y el silencio, luego, me irritaba tanto que no lograba descansar.


Esa planicie me recordaba al cementerio donde dormía el alma de mi abuela Rosa y la de sus hijos, la del abuelo de bigotes blancos..., acurrucados en ese asilo tan necesitado de afecto. Sin embargo, esos acontecimientos quedaron marcados en mi vida con la bondad y la transparencia de mi tío Rubén.

Recuerdo su sonrisa, su generosidad, su corazón niño... y aquella casita blanca en medio de la llanura con su molino, sus malvones, el burro, los perritos y ese viento que acariciaba la cara.

Luján Fraix

Hija única.  Libro de los Recuerdos.



Pinturas de Robert Duncan


Hoy publico otra vez esta entrada
en homenaje a mi padre
que falleció hace diez años,
que amaba el campo y que vivió para él
añorando sus días de juventud.

Gracias papá,
te cuento que estoy cuidando tus cosas
como si tú estuvieras aquí
aunque no con el mismo amor porque tu sentimiento


era tan enorme, tan irremplazable...


Pasión por
Los hermanos Grimm, El Principito de Antoine de Saint-Exupéry, Han Christian Andersen.



3 comentarios:

  1. Letras que dejan una gran sensibilidad. Felicidades.
    Un abrazo.

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  2. Cuando se escribe desde el corazón, no hay barrera que se interponga entre el texto y el corazón de quien lee.
    Un abrazo.

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  3. Qué hermosa imagen la que nos proyectas con tus palabras,
    Un beso ♥

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