Diario de Pablo Neruda: la timidez




"La verdad es que viví muchos de mis primeros años,
tal vez de mis segundos y de mis terceros,
como una especie de sordomudo.
Ritualmente vestido de negro desde muy jovencito,
como se vestían los verdaderos poetas del siglo pasado,
tenía una vaga impresión de no estar tan mal de aspecto.
Pero, en vez de acercarme a las muchachas,
a sabiendas de que tartamudearía o enrojecería 
delante de ellas,
prefería pasarles de perfil
y alejarme mostrando un desinterés
que estaba muy lejos de sentir.


Todas eran un gran misterio para mí.
Yo hubiera querido morir abrazado a esa hoguera secreta,
ahogarme en ese pozo de enigmática profundidad,
pero no me atrevía a tirarme al fuego o al agua.


La timidez es una condición extraña del alma,
una categoría, una dimensión que se abre a la soledad.
También es un sufrimiento, como si se tienen dos epidermis,
y la segunda piel interior
se irrita y se contrae ante la vida.
Entre las dos estructuraciones del hombre,
esta calidad o este daño son parte de la aleación
que va fundamentando,
en una larga circunstancia,
la perpetuidad del ser..."