Historias ocultas en la Recoleta, de María R. Lojo


"Cada existencia es un drama, y no habría novela tan tierna ni tragedia tan pavorosa, como la que encierran bajo sus tapas de mármol esos sepulcros", escribió Sarmiento en 1885, luego de caminar entre las bóvedas de la Recoleta.

A partir de una minuciosa investigación de Roberto Elissalde, la escritora María Rosa Lojo ha abrevado en fuentes y documentos, y en la tradición oral de las casas y las familias, y ha creado una galería de personajes ambiguos, complejos, inolvidables en sus actos y emociones.

En este apasionante itinerario que se inicia con la historia del cementerío-espacio mítico y simbólico de la ciudad de Buenos Aires-, las sombras evocadas cuentan su historia llena de paradojas y misterios como la de todas las vidas humanas.

Quien camina con oído atento entre las bóvedas de la Recoleta, escucha el rumor de vidas singulares contra el inmenso coro de la memoria colectiva. En este museo de los cuerpos-conocidos o desconocidos, célebres o ignotos- se funden con la Historia argentina.

Ya el caso de Rufina Cambacérès, víctima de un ataque de catalepsia, y que luego murió realmente asfixiada en su propio ataúd, había sacudido a la sociedad porteña.

La leyenda romántica, común a tantas necrópolis y culturas: una joven de belleza delicada pasea por la vereda del camposanto con una capelina y vestida con ropas livianas. Un muchacho la admira, le habla, la sigue hasta que obtiene su dirección. Cuando va a buscarla al domicilio que ella le ha indicado, una mujer le abre la puerta. Le explica que su hija ha muerto hace meses y que está sepultada en el cementerio de la Recoleta.

Por fin, es necesario recordar a un porteño que pudo o debió haber sido sepultado en la Recoleta: Jorge L. Borges. Si bien descansa en Suiza bajo una inscripción rúnica, en su juventud se había imaginado a sí mismo bajo la bóveda familiar.



Quizá después de escuchar las historias ocultas bajo las tapas de mármol, los peregrinos de este viaje por el tiempo encuentren en ellas las paradojas y tensiones de todas las vidas humanas, y también las de una historia patria que se ha edificado sobre la negación y la violencia, a pesar de las utopías conciliadoras. Sin embargo, muchos de sus protagonistas reposan hoy bajo el mismo cielo, amparados irremediablemente por los mismo muros.

María Rosa Lojo