La Torre de Babel
Brueghel
El texto del Génesis señala que los hombres, reunidos en la llanura de Shinear después del Diluvio, resolvieron levantar una torre gigantesca. Dios (Yahvé), al ver que lo intentaban, obstaculizó sus planes "confundiendo sus lenguas" de modo que los obreros no pudieron entenderse entre sí.
La leyenda de la Torre reposa sobre una realidad. Existía en efecto en Babilonia una construcción de varios pisos llamada Zigurat, de acuerdo al vocablo Babilónico, de origen desconocido y que fue restaurada en tiempos de Nabopolasar (625-615, antes de nuestra era) fundador de la dinastía caldea.
Sin embargo, nadie permite pensar que los babilonios levantaron tal construcción por presunción. Según la inscripción más antigua, lo hicieron por orden del dios Marduk, y parecen haberla hecho para asegurar la armonía entre el cielo y la tierra.
¿Dónde está la Torre?
Entre el siglo XVI y los inicios del siglo XX, numerosos viajeros y exploradores occidentales fueron a Mesopotamia y es esforzaron en localizar el famoso edificio. Algunos propusieron ubicarla en Afar Quf, al oeste de Bagdad, otros en Borsippa, en la proximidades de Babilonia... Sólo las excavaciones arqueológicas permitirían establecer la verdad.
En 1913, el arqueólogo alemán Robert Koldewey descubrió finalmente la ubicación de la Torre. Su base es un cuadrilátero de 91,55 m por lado. Su centro, que es la parte más antigua, está formado por un núcleo de ladrillos crudos cuya altura fue aumentada en tiempos de Nabopolasar y de Nabucodonosor y que fue cubierto por un nuevo paramento de ladrillos cocidos. Las excavaciones han dejado a la vista tres escaleras, dos laterales y una central; esta última perpendicular a la estructura del edificio.
Gustave Doré
Estas reseñas han sido apoyadas por textos antiguos, como el relato de Heródoto y sobre todo la tablilla llamada "Del Esagil" conservada en París en el Museo del Louvre, copiada en el año 229 antes de nuestra era de un documento antiguo que describía el estado de la Torre. De una altura aproximada de 90 m, el edificio piramidal tenía siete pisos, hechos de muros con resaltos, sin duda verticales. El último piso tenía instalaciones para el culto, adornadas con los ladrillos esmaltados azules de Nabucodonosor.
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