Teobaldo, el gatito amigo
-Todo está tranquilo-dijeron.
Lucy dormía en su pecera, Sally en su cuna, abuelita en su gran cama y Teobaldo junto a la chimenea. ¿Oyen ese snorriiiiprich? Pues son los ronquiditos de los cuatro amigos bien calentitos en su sueño.
En eso Sally dijo:
-¡Achipon! que en lengua de bebé significa: "Estoy aburrida". Y por supuesto Teobaldo se despertó enseguida.
-Ya sé te voy a hamacar-dijo. Y se subió al ropero y encontró globos para inflar.
Después sopló y sopló y cuando tuvo grandes globos de colores los ató a un lado y al otro de la cuna de Sally. Y la cuna se levantó un poquito y empezó a flotar como si fuera un barquito. ¡Cómo se reía Sally!
Pero quien no se reía nada era Lucy, la pescadita.
-Yo me aburro todo el día y nadie se preocupa por mí, dijo en lengua de burbujas.
Entonces, Teobaldo con la zarpa llenó la pecera de olas. ¡Qué divertido!
-Chist, chist, no te olvides de nosotros Teobaldo-dijeron Roki, Soki y Toki, los ratoncitos.-Hace mucho que no nos corres, estamos aburridos,-se lamentaron.
Y Teobaldo para divertirlos los persiguió por el comedor.
En es momento, abuelita abrió un ojo y dijo:
-Soñé que toda la casa estaba despierta, voy a ver.
Y al hallar a Sally llena de globos, a Lucy muerta de risa y el comedor desordenado dijo:
-Todos a dormir.
Clic-clic volvió a resonar la cerradura. Mamá y papá regresaban de la fiesta. La abuelita ya dormía en su cama.
-Todo está tranquilo- dijeron bostezando
Y Teobaldo se reía, acomodadito en su almohadón de terciopelo.
Cuento de Inés (1964)
De mi propia colección de cuentos infantiles.